La ciudad más infravalorada de España, según una guía de viajes

Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Valencia o Córdoba, son algunas de las ciudades más visitadas de España por los visitantes extranjeros. Sin embargo, hay algunas pequeñas villas que todavía no han sido descubiertas por ese turismo de masas y que son una verdadera joya. Localidades en las que disfrutar del buen ambiente, de la cultura y de una gastronomía sin igual. La guía de viajes Time Out ha reconocido a Logroño como la ciudad más infravalorada del país e invita a visitarla. Y es que la capital de La Rioja esconde en sus calles múltiples bares, bodegas y monumentos.

Bañado por el río Ebro, al que abraza en su crecimiento y desarrollo, el municipio ha experimentado en la actualidad un notable cambio con respecto a los últimos años. Sus modernos servicios e infraestructuras le han conferido un mayor atractivo y un nuevo punto de vista para convertirle en referente y punto de encuentro entre las ciudades de su entorno.

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Entre las virtudes más conocidas de Logroño destacan su cultura del vino - la Denominación de Origen Calificada (DOCa Rioja) es la denominación más antigua y prestigiosa de España-, la gastronomía, el Camino de Santiago, el Casco Antiguo o el carácter de Primera Ciudad Comercial de España.

La calle Laurel es, sin duda, la vía más popular de la ciudad. En apenas 300 metros acoge más de 80 establecimientos en los que el visitante podrá escoger entre miles de bocados. Caminar por esta rúa es recorrer el corazón de La Rioja y una de las mejores formas de experimentar el carácter riojano. No es sólo un recorrido gastronómico único, tras las barras se disfrutará de la cercanía, la calidez y la alegría que caracterizan a esta tierra. Durante muchos años, Logroño fue uno de los destinos más populares para la celebración de despedidas de soltero. Fue por ello, que muchos bares de esta calle colgaron el cartel en su entrada de: “Abstenerse despedidas”.

La cocina de temporada y los productos locales de calidad son la base de los menús de los restaurantes de esta zona que esconde su propio universo culinario. Algunos de sus pinchos más populares son: el champiñón a la plancha, la piruleta de solomillo, la explosión de huevo, la oreja picante, el matrimonio o el zorropito de lomo.

La producción de vino en La Rioja se remonta a la época romana, cuando se establecieron las primeras viñas en la zona. Durante la Edad Media, fue adquiriendo popularidad hasta convertirse en uno de los vinos más valorados de toda Europa, alzándose como una importante fuente de riqueza para la región. En Logroño se establecieron numerosas bodegas y cooperativas encargadas de la producción y la distribución. Hoy en día, son estas bodegas y cooperativas las que conforman una parte importante del paisaje urbano de la capital riojana. No hay celebración en esta ciudad que no esté acompañada de un buen vino de denominación de origen.

Esta ciudad no es muy amplia en extensión, por eso invita a conocerla paseando por sus calles, mezclándose con sus gentes y disfrutando de las muchas virtudes que la constituyen como una villa agradable y querida para cualquier visitante. A lo largo de esta agradable caminata, se irán descubriendo sus enclaves más significativos: la concatedral de Santa María de La Redonda, el convento de la Merced, la iglesia de Santiago El Real o la de Santa María de Palacio.