Uno de los pueblos más bonitos de España para despedir el verano: una pequeña villa de precioso patrimonio y naturaleza peculiar

Pese a que aún no ha terminado el verano, son muchos los que ya han dejado atrás las vacaciones y, por ende, las escapadas a playas, calas o piscinas, para dar paso ahora al turismo rural. Para disfrutar de este tipo de planes de naturaleza, aire puro y desconexión, no es necesario salir de España, que cuenta con un sinfín de pueblos preciosos. Uno de ellos se encuentra en Castilla y León, en concreto, en el sur de Segovia: Vegas de Matute. Con poco más de 250 habitantes, es una tierra privilegiada, que combina un increíble paisaje con una naturaleza de lo más peculiar.

A los pies de la Sierra de Guadarrama se distribuyen diversos pueblos y enclaves magníficos de gran valor histórico y cultural. Entre ellos destaca Vegas de Matute, gracias a sus bosques, campiñas y, en definitiva, una naturaleza que enriquece al pueblo. De ahí que haya quienes opten por recorrer la provincia de Segovia en busca de impresionantes villas en las que poder desconectar del estrés y la rutina diaria. A ello se une que ofrece la posibilidad de realizar actividades como senderismo o, incluso, paseos a caballo.

Situado a tan solo 35 kilómetros de Segovia, su pasado es de lo más curioso, ya que la actividad económica del pueblo giraba en torno a la fabricación de cal en los hornos, la agricultura de cereal y la ganadería ovina, que es una de las principales labores que desempeñan sus vecinos en la actualidad. A su vez, Vegas de Matute está compuesto por edificaciones que merece la pena visitar, como una iglesia gótica, una ermita y el palacio de los condes de Giraldeli.

Los primeros registros históricos de Vegas de Matute datan de la Edad Media, cuando existía una aldea que pertenecía a la comunidad de Villa y Tierra de Segovia, dentro del sexmo de San Martín. En aquel entonces, el lugar era conocido como Vegas del Monte.

Durante el siglo XVI, varios personajes vinculados a la corte de los reyes Carlos I y Felipe II residieron en Vegas. En este período también se acometió la construcción más importante del pueblo: la Iglesia de Santo Tomás de Canterbury. Iniciada como una capilla privada de los condes, dedicada a San Pedro, fue ampliada para dar servicio a toda la población y finalizada en el siglo XVII.

No se conoce con exactitud cuándo el nombre del pueblo cambió a Vegas de Matute. Se sabe que en el siglo XVI, durante la construcción de la iglesia, Rodrigo Gil ya se refería al lugar con esta denominación, posiblemente en referencia a un asentamiento cercano junto al río Moros.

En el siglo XVII, diversas cofradías erigieron tres ermitas alrededor de la localidad: la ermita de San Roque, en el camino a El Espinar; la de la Virgen del Rosario, en la ruta hacia Otero; y la de la Virgen de Matute, a orillas del río Moros. De la antigua casa de los Segovia solo quedan ruinas, aunque se conservan el Torreón y el Palacio de la Sierra. Según una descripción del siglo XVII, la residencia era una fortaleza de piedra con una torre y varios torreones que denotaban su antigüedad.

La producción de cal mediante la combustión de rocas calizas, un proceso sencillo, fue ampliamente utilizada en la construcción de muros de cal y canto. En Vegas de Matute, es probable que existiera algún horno de cal antes del siglo XVI, pero fue a partir de esa época cuando la demanda aumentó significativamente para abastecer las obras del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Las caleras del Zancao destacaron como las más importantes de la zona, compuestas por siete hornos que recientemente han sido restaurados y dotados de un itinerario interpretativo. Lo más distintivo de estos hornos respecto a otros similares es la presencia de los llamados portales o solares. Estas estructuras, hechas con piedra y barro, rodeaban la boca del horno y servían como refugio para los caleros durante el proceso de cocción, que debía ser vigilado de manera constante.

En Vegas de Matute se pueden visitar diversos puntos de interés histórico y natural. Entre los principales atractivos se encuentra la Iglesia de Santo Tomás de Canterbury, que es uno de los edificios más emblemáticos del pueblo. Originalmente, fue una capilla privada de los Condes, pero se amplió para dar servicio a la comunidad. La construcción, iniciada en el siglo XVI, destaca por su arquitectura renacentista.

Asimismo, conviene descubrir el Torreón y Palacio de la Sierra. Aunque quedan pocas ruinas de la antigua Casa de los Segovia, se puede visitar. Alrededor del pueblo también hay tres ermitas que datan del siglo XVII, construidas por diversas cofradías locales. Las más conocidas son la ermita de San Roque, ubicada en el camino hacia El Espinar; la ermita de la Virgen del Rosario, en la ruta hacia Otero; y la ermita de la Virgen de Matute, junto al río Moros.

A lo largo del río Moros, se pueden observar los restos de antiguos molinos que, en su tiempo, fueron esenciales para la economía local. Los más conocidos son el molino del Sauquillo, el molino del Batán, el molino de la Guapa y el molino del Valladar. Y es que Vegas de Matute está rodeado de un paisaje montañoso y boscoso, propio de la sierra de Guadarrama, lo que lo convierte en un lugar ideal para realizar rutas de senderismo y disfrutar de la naturaleza.

Para llegar a Vegas de Matute hay varias opciones. Está a unos 35 km al suroeste de Segovia. Desde la capital provincial, hay que tomar la carretera CL-607 hacia Otero de Herreros, y luego seguir la SG-V-7221. El recorrido dura unos 30-40 minutos.

La ruta más rápida desde Madrid es a través de la carretera A-6 en dirección a La Coruña. Después de unos 50 km, se toma la salida 60 hacia San Rafael/Segovia. Luego hay que seguir por la N-603 y, en el cruce hacia Otero de Herreros, coger la SG-V-7221 hasta Vegas de Matute. El trayecto en coche dura aproximadamente una hora y media.