Gracias a todos sus encantos, Barcelona es uno de los destinos más visitados de nuestro país. La Ciudad Condal alberga una historia rica y diversa que abarca más de 2.000 años y que a lo largo de los siglos ha ido conformando la ciudad que conocemos hoy en día, fusionando tradición y modernidad de manera única. Desde la majestuosa obra arquitectónica de Antoni Gaudí, pasando por las animadas Ramblas, hasta las tranquilas playas de la Barceloneta, Barcelona ofrece un sinfín de maravillas para quienes la visitan.
Su vibrante escena cultural, su variada gastronomía y su vida nocturna efervescente convierten a esta metrópolis en un destino imprescindible para viajeros de todo el mundo. Por no hablar de su patrimonio arquitectónico y monumental, en el que se pueden apreciar construcciones tan representativas como son la Sagrada Familia, la catedral de Barcelona o la estatua de Colón. De hecho, esta última es uno de los mayores símbolos de la ciudad por el que pasan miles de personas cada día.
¿Dónde apunta la estatua de Colón?
Enclavado en el extremo sur de la Rambla, junto al puerto, el monumento fue inaugurado en 1888 para la Exposición Universal de Barcelona en homenaje al navegante genovés y su histórica travesía hacia el Nuevo Mundo en 1492. La figura se alza a 60 metros de altura, de los cuales 7 metros corresponden exclusivamente a la figura de Colón que, la cual, está erguida sobre un pedestal de 40 metros, y una base decorativa de 13 metros. La estatua, obra del escultor Rafael Atché, está hecha de bronce y presenta a Colón apuntando con su dedo índice derecho hacia el mar.
Sin embargo, es importante aclarar que no señala exactamente hacia América, sino más hacia el sur, en dirección al mar abierto. Se dice que puede apuntar a Mallorca o Génova. A su vez, el proyecto de su construcción surgió como una iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona en 1881, con el objetivo de conmemorar el primer viaje de Colón y su llegada a América. La idea inicial fue de, pero en el concurso público se presentaron varios proyectos y fue seleccionado el presentado por el arquitecto Cayetano Buigas.
Este fue el encargado de la parte arquitectónica del monumento, mientras que diferentes artistas contribuyeron con los ornamentos y esculturas. Así, la primera piedra fue colocada en 1882 y, tras seis años de construcción, el conjunto fue finalmente inaugurado el 1 de junio de 1888 por la reina regente María Cristina durante la Exposición Universal de Barcelona.
Un mirador en lo alto
Más allá de las incógnitas que puede suscitar esta emblemática figura, su presencia junto al puerto y en el comienzo de la Rambla la convierten en uno de los monumentos más vistos de Barcelona. Esto no es de extrañar dada su majestuosidad, pero lo que poca gente sabe es que justo bajo los pies del conquistador se ubica uno de los mejores miradores de la Ciudad Condal.
Esta terraza acristalada brinda unas magníficas vistas del puerto y una perspectiva única de Barcelona. Accesible mediante un ascensor, se puede visitar en horario de 8:30 h a 14:00 h durante todos los días. Además, tiene un precio de 6 € para la tarifa general y de 4 € la reducida.