Esta ciudad medieval, apodada la ‘Pequeña Venecia del Jura’, es el destino perfecto para visitar en septiembre

Como si echáramos el reloj hacia atrás y viajáramos en el tiempo, pasear por una ciudad medieval es revivir las batallas de caballeros con armadura reluciente, creer un poco más en los cuentos y querer vivir en un castillo. Europa cuenta con muchos rincones que han vivido la era de la agitación, entre ellos, Francia. Pero, hay una villa medieval en departamento del Jura, apodada la Pequeña Venecia del Jura, que destaca por su patrimonio histórico y sus increíbles paisajes. Un destino perfecto para viajar este otoño.

La ciudad histórico-artística de Dole forma un conjunto armonioso con sus canales, sus casas y la colegiata que domina la población. Es el lugar idóneo para que los amantes del patrimonio renacentista se dejen perder por sus calles y deambulando, descubran esas joyas que la villa alberga, como el increíble edificio religioso de Notre-Dame, el antiguo Hospital, el colegio de l’Arc o el Palacio de Justicia.

Envuelta en arte e historia, Dole se encuentra en el departamento de Jura, en Borgoña y Franco-Condado, incluso llegó a ser la capital. Fue escenario de varios eventos relacionados con la dominación romana. Sin embargo, no fue hasta el siglo X cuando se creó Borgoña, que la ciudad adquirió una importancia real. En el siglo XVII, se unió al reino de Francia, pero sin dejar de mantener una fuerte influencia en la región.

Es el principal templo de la ciudad. Construida en el siglo XVI en un estilo que se balancea entre lo gótico y lo renacentista sobre una antigua colegiata de Notre-Dame, adquirió de ella su nombre y el estatus hasta 1790. A pesar de haberse quedado con su homónimo, es, desde 1951, una Basílica menor. Para los habitantes es un símbolo del renacimiento de la villa y de las libertades del Franche-Comté. Su aspecto es imponente y llama la atención su campanario pórtico fortificado, que se eleva 73 metros y que tiene una espectacular portada renacentista.

El patrimonio natural de Dole no se queda atrás. El municipio puede presumir de tener una increíble variedad de flora y fauna, así como de espectaculares paisajes enclavados en el corazón de la llanura del Jura. Dole está atravesada por el río Doubs, del que sale el canal du Rhône au Rhin, conecta el río Saône, un afluente navegable del Rhône (Ródano), con el Rhin (Rin). Fue diseñado originalmente para unir los puertos marítimos del norte de Europa y los del Mediterráneo. Con una longitud de 375 kilómetros, también se conoce como el “Enlace Rhin-Rhône”. Cuenta con una esclusa y un pequeño puerto en el que descansas bonitas embarcaciones de recreo. Este canal es la elección perfecta para realizar un crucero fluvial.

Además de estos increíbles canales, Dole enamora con la belleza de los bosques de su alrededor, como el bosque de Chaux, la reserva natural de la Île du Girard y el Macizo de la Serre. Estoes espacios verdes son perfectos para dar largos paseos o para recorrerlos a pedales.