La reacción de una turista a las cuestas de Frigiliana: “Tengo unas ganas de llorar que no os los podéis ni imaginar”

Frigiliana es, sin duda, uno de los pueblos blancos de Málaga con más encanto. Galardonado con el I Premio Nacional de Embellecimiento en 1982, su casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 2014. Las paredes encaladas, sus calles estrechas y sinuosas y un sinfín de escaleras que recorren su Barribarto, son parte de la herencia morisca que aún conserva. Situada en la ladera de la Sierra Almijara, como si de un mirador se tratase, ofrece una de las panorámicas más increíbles y espectaculares de la Costa del Sol.

Cada rincón del casco antiguo tiene su propia identidad, las plantas y flores adornan las esquinas contrastando con las blancas fachadas que dan luz a la zona. A pesar de que cada pequeño recoveco tenga una personalidad única, hay un denominador común: vías empedradas y empinadas, que se enredan hasta formar un laberinto. Un encanto no apto para todos los públicos, como bien claro ha dejado esta turista en su visita al municipio malagueño.

Ha sido el hijo de la protagonista, @jjreyes, el que ha subido este divertido vídeo a TikTok, en el que vemos a su madre “reventá” por las múltiples cuestas de la villa, herencia del paso de los musulmanes. “Será muy bonita y todo lo que tú quieras, pero yo aquí no vuelvo”, asegura la mujer visiblemente cansada. El creador de contenido, divertido con la situación, le aconseja que disfrute de las vistas de este pueblo, considerado por muchos como el más bonito de todo Andalucía. “A mí las vistas me están dando igual, tengo unas ganas de llorar que no os lo podéis ni imaginar”, contesta ella exhausta.

Madre e hijo continúan su paseo por las calles sinuosas que caracterizan a esta localidad a lo que la mujer apunta: “Se me está bajando la tensión. Madre mía, Frigiliana”. Con gotas de sudor, por tanto esfuerzo caminando al sol y con temperaturas altas, asegura que no volverá de nuevo.

“Mira cómo estoy, hasta la purpurina se me ha caído al suelo”, se señala ya con el pelo recogido. El influencer le comenta que Frigiliana está “muy bonito para vivir”, a lo que ella replica que “ni regalada la casa” se mudaría a la villa, aunque fuera “un chalet de lujo” en lo alto de la montaña. Él insiste en que todavía les queda un pequeño monte por subir, a lo que su madre responde: “Un coño voy a subir yo ahí”. “Ya hemos visto todo lo que teníamos que ver. Está muy bonito, todo blanco, todo precioso, unas casitas divinas de la muerte y punto. ¡Vámonos ya!”, le pide a su hijo.

A trescientos metros sobre el nivel del mar se eleva esta joya morisca única en la Costa del Sol. Una forma única de descubrir los orígenes y la historia de Frigiliana es seguir las doce placas de cerámica que están repartidas por el casco antiguo y que relatan las batallas del pueblo y la sublevación de los moriscos.