Aunque la mayoría de los vuelos transcurren sin incidentes, algunos viajes se convierten en experiencias totalmente inesperadas debido a hechos que escapan a la compresión. Sin embargo, otro de los factores determinantes es el comportamiento de los pasajeros, el cual en ocasiones no es el apropiado y provoca numerosos altercados entre los viajeros. Así, una de las situaciones más comunes que ocurren a bordo es el embarque de viajeros en un notable estado de embriaguez.
Tanto es así, que el personal de la aerolínea Ryanair ha intensificado las medidas de control para evitar que los pasajeros británicos que vuelan a Ibiza suban a bordo con botellas de agua que, en realidad, contienen vodka. Esta medida responde a un problema creciente, según ha revelado el director ejecutivo de la compañía, Michael O’Leary, durante una entrevista con la cadena Sky News. Este explicó que se ha detectado un comportamiento recurrente entre algunos pasajeros, quienes llenan sus botellas con alcohol antes de embarcar, lo que ha llevado a la aerolínea a tomar precauciones adicionales.
Menos venta de alcohol y más controles
Ante esta situación, el directivo de Ryanair está promoviendo la limitación de la venta de alcohol a un máximo de dos bebidas por persona en los aeropuertos, una medida que busca frenar el aumento en los episodios de mal comportamiento a bordo, provocados por el consumo excesivo de alcohol. O’Leary subrayó que la tripulación de cabina se enfrenta semanalmente a situaciones violentas durante los vuelos, a menudo originadas por pasajeros que han ingerido más alcohol del que deberían antes de volar.
Los vuelos hacia Ibiza, en particular, han sido identificados como los más problemáticos en cuanto a este tipo de incidentes, seguidos de cerca por vuelos con rumbo a varias islas griegas. Según O’Leary, los pasajeros implicados en estos episodios provienen en su mayoría del norte de Inglaterra y Escocia, con ciudades como Liverpool, Glasgow, Mánchester y Edimburgo destacando en la lista. Aunque en menor medida, también se han reportado problemas similares entre pasajeros provenientes de Irlanda y Alemania.
Para hacer frente a esta situación, Ryanair ha implementado controles adicionales de equipaje de mano, con el objetivo de detectar y confiscar alcohol que podría desencadenar problemas durante el vuelo. Estos controles buscan no solo prevenir que los pasajeros consuman alcohol no autorizado durante el vuelo, sino también minimizar las posibilidades de que ocurran incidentes violentos a bordo. Michael O’Leary también ha expresado su preocupación por la dificultad que enfrentan las aerolíneas para identificar a personas en estado de embriaguez en las puertas de embarque, especialmente cuando los pasajeros abordan en grupo.
Aunque no se quiere restringir el consumo moderado de alcohol, el director ejecutivo de Ryanair comparó la situación con la conducción bajo los efectos del alcohol, argumentando que, si bien no se permite a las personas conducir ebrias, “seguimos subiéndolos a aviones a más de 10.000 metros de altura”. Este comentario subraya la necesidad de una mayor responsabilidad y control sobre el consumo de alcohol antes de los vuelos, para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los pasajeros y la tripulación.