Las seis ermitas más bonitas de Cantabria, según National Geographic: con vistas al mar y entre acantilados

Unos parajes únicos que ofrecen las mejores vistas a las aguas del Cantábrico

Guardar
Ermita de Santa Justa, Santillana
Ermita de Santa Justa, Santillana del Mar (Turismo Cantabria)

Se sea creyente o no, que las ermitas son obras arquitectónicas dignas de admirar es algo innegable. Cualquier excusa es buena para acercarse a estos parajes con vistas al Cantábrico y descubrir esa fusión de religión, paisaje y tradición que albergan en sus paredes. Estos pequeños templos religiosos forman parte de la esencia de los pueblos en los que se hallan. Hacemos un repaso por seis de los más espectaculares acorde a National Geographic.

Ermita de Santa Ana, Castro-Urdiales

Ermita de Santa Ana, Castro
Ermita de Santa Ana, Castro Urdiales. (Wikimedia Commons)

La ruta cantábrica arranca en Castro-Urdiales. Construida sobre un pequeño rocoso existente junto a la línea costera, forma junto con el puente medieval una de las imágenes más conocidas y singulares de esta localidad. De planta rectangular, se erigió sobre los restos de edificaciones descubiertas en las recientes excavaciones. En total, se han distinguido doce fases constructivas, desde la época romana hasta la actualidad. Mediante un puente de sillería provisto de un gran arco, el cerro de Santa María se comunicaba con la ermita.

Ermita de Santa Justa, Santillana del Mar

Ermita de Santa Justa, Santillana
Ermita de Santa Justa, Santillana del Mar. (Turismo Cantabria)

Enclavada en una cueva natural e integrada en uno de los acantilados que rodean esta costa, se levanta la ermita de Santa Justa de Santillana del Mar. Un lugar que es especial no sólo por la espectacularidad de su paisaje, sino también porque el simple hecho de llegar hasta él es toda una aventura. Caminar por los senderos que serpentean a lo largo de los acantilados, con el rugir del mar de fondo haciendo las veces de banda sonora, es sólo el preludio de lo que espera. Este santuario es una hazaña arquitectónica, son dos paredes construidas, aprovechando las formas de la roca circundante. El resultado es una estructura semirrupestre que se integra perfectamente en el entorno.

Capilla de la Virgen de la Barquera, San Vicente de la Barquera

Capilla de la Virgen de
Capilla de la Virgen de la Barquera, San Vicente de la Barquera. (Wikimedia Commons)

Situada en el paseo de la Barquera, en el camino que lleva al faro de la Punta de la Silla, junto al puerto pesquero, se encuentra este especial rincón conocido popularmente como La Capilla. El templo fue construido en piedra en el siglo XV y su entrada está protegida con arcos de medio punto. Es uno de los puntos más visitados de la villa e incluso, los barcos al pasar por delante de ella, hacen sonar sus sirenas a modo de tributo pidiendo protección.

Ermita de Santa Lucía, Comillas

En una costa acantilada, que alcanza los 50 metros de altura, se esconde la ermita de Santa Lucía, que posee un carácter popular, con una imagen de la patrona realizada por donación de los pescadores. Los hombres de la mar acudían a escuchar misa, a primeras horas, antes de subirse a sus embarcaciones. De gran simplicidad en planta y alzado, cuenta con una cubierta a dos aguas. Destaca además, una pequeña campana que sonaba cuando las condiciones atmosféricas eran adversas.

Ermita de la Virgen del Mar, San Román de La Llanilla

Ermita de la Virgen del
Ermita de la Virgen del Mar, San Román de La Llanilla. (Arciprestazgo de la Virgen del Mar)

Este templo que da cobijo a la patrona de Santander está situado en la isla de San Román de La Llanilla. Esta ermita ha sufrido los ataques del mar Cantábrico a lo largo del tiempo y ha sido destruida en repetidas ocasiones por la fuerza del olas, especialmente, a finales del siglo XVII. La iglesia primitiva data de 1400. Es un lugar de recogimiento a donde acuden tripulaciones enteras después de haber pasado malos ratos en el mar.

Ermita de San Pedruco, Noja

Ermita de San Pedruco. (Turismo
Ermita de San Pedruco. (Turismo Noja)

Coronando la isla de San Pedruco, fácilmente visible desde el litoral, aún se conservan los restos de una ermita añeja, muy querida por los nojeños y rodeada del huerto que usaban los frailes. Antiguamente la imagen del patrono de la iglesia, presidía este templo. Eran tiempos de romerías en barco a la isla para trasladar al santo hasta la iglesia de Noja, se realizaban procesiones de rogativas tanto para pedir lluvia en la época de sequía, como para pedir su cese cuando arruinaba las cosechas. Su acceso es difícil, ya que, está rodeada de enmarañadas y centenarias higueras.

Guardar