Como en los cuentos infantiles, es un lugar de ensueño, pero aparentemente inalcanzable, que sólo abre sus puertas a unos pocos elegidos durante unos breves momentos. Un escenario donde la naturaleza mediterránea se despliega en todo su esplendor, pero cuya belleza está protegida tras altas vallas y puertas que recuerdan a la seguridad de un aeropuerto. Sin embargo, no se trata de un escenario de fantasía, sino del bosque de El Prat, conocido como la pineda de Can Camins, un tesoro natural ubicado en El Prat de Llobregat, en la costa catalana. Es uno de los secretos mejor guardados de la región y se distingue no solo por su biodiversidad, sino también por la exclusividad de su acceso: únicamente se puede visitar diez veces al año. Y este domingo 1 de septiembre es una de esas ocasiones.
La pineda de Can Camins es uno de los pocos lugares en Cataluña donde aún se puede encontrar un tipo de bosque mediterráneo que crece en las depresiones tras las dunas. Este entorno, que conserva un estado de preservación excepcional, ha sido cuidadosamente protegido debido a su fragilidad. La vegetación y la fauna que alberga son tan delicadas y valiosas que el acceso libre al bosque está estrictamente prohibido para evitar cualquier impacto que pueda alterar su equilibrio natural.
Este espacio natural se ha mantenido casi intacto gracias a las medidas de conservación implementadas por las autoridades locales, que han convertido a la pineda en un lugar de visita muy exclusivo. Los pocos privilegiados que logran entrar tienen la oportunidad de sumergirse en un paisaje donde la intervención humana es mínima y la naturaleza se manifiesta en su forma más pura.
Tous guiados
La única manera de acceder a este exclusivo bosque mediterráneo es a través de tours guiados gratuitos que se llevan a cabo el primer domingo de cada mes, excepto en los meses de julio y agosto. Estos tours son la clave para preservar la integridad del entorno y garantizar que las visitas no dañen el frágil ecosistema que alberga.
Debido a la alta demanda y al limitado número de días en que el bosque está abierto al público, los tours no aceptan reservas anticipadas. Esto significa que los interesados deben llegar temprano al centro de información turística Porta del Delta, ubicado frente a la entrada de la pineda, para asegurarse un lugar en la visita. Solo los primeros 25 visitantes en llegar tienen la oportunidad de unirse al tour, lo que añade un elemento de exclusividad y hace que cada visita sea una experiencia muy codiciada.
El recorrido, que dura aproximadamente una hora y media, es guiado por expertos que no solo conocen el entorno a la perfección, sino que también están capacitados para explicar la importancia de las especies de flora y fauna que habitan en este paraje. Durante la visita, los guías proporcionan información detallada sobre las características únicas de la pineda, desde los majestuosos pinos piñoneros que dominan el paisaje hasta las delicadas orquídeas y hongos que completan este ecosistema tan particular.
Este tipo de tours no solo permite a los visitantes admirar la belleza del bosque, sino que también cumple una función educativa al sensibilizar sobre la importancia de preservar este tipo de hábitats. Con un poco de suerte, los visitantes también pueden avistar algunas de las aves que frecuentan la pineda, como el carbonero y el carpintero.