El Castillo de Sammezzano, situado en la localidad de Reggello (Florencia, Italia), ha sido objeto de una posible adquisición por parte de una familia florentina adinerada, después de estar cerrado desde 1990, según afirmó la iniciativa Save Sammezzano. Este imponente edificio, podría volver a abrir sus puertas al público con un nuevo uso hotelero.
Ubicado a casi 40 kilómetros al sur del centro de Florencia, el castillo se encuentra rodeado por uno de los mayores bosques de robles de la Toscana y es un claro ejemplo del movimiento orientalista que influenció a Italia hace más de dos siglos. Originalmente, este castillo tiene raíces que podrían remontarse a la época romana, pero adquirió su forma actual durante el siglo XIX, cuando la familia Ximenes d’Aragon emprendió una restauración que integró los estilos arquitectónicos morisco y oriental.
La historia y composición de la fortificación
La fortificación que alojó a Carlomagno y su familia en el año 780 atesora una historia rica y variada, según la web de Sammezzano. Tras varios siglos en los dominios del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, fue propiedad de varias familias florentinas prominentes hasta que fue adquirido por la nobleza española en 1605.
Más tarde, en 1816, Ferdinand Panciatichi Ximenes d’Aragon heredó el castillo y fue responsable de darle su actual estilo morisco, entre 1853 y 1889. Tras la Segunda Guerra Mundial, el castillo se utilizó como un hotel de lujo, pero cerró en 1990 y ha permanecido en gran parte abandonado desde entonces.
El castillo destaca por sus coloridos arabescos, mosaicos de cerámica, cúpulas, arcos geométricos y frases en latín e italiano inscritas en sus paredes, lo que le otorga un carácter único, según Wiki Arquitectura. Además, en su interior, se encuentra una diversidad de habitaciones, cada una con su propia decoración y estilo distintivo. Entre ellas, sobresale la Sala del Pavo Real, con bóvedas de estuco policromado, la Gran Rotonda Blanca con su cúpula de cristal y estucos blancos, entre otras muchas estancias de notable belleza.
Pero, el exterior del castillo no es menos impresionante: cuenta con una fachada solar y una lunar, rodeadas por un amplio jardín que alberga 147 tipos de plantas. A su vez, el parque, que data probablemente de mediados del siglo XIX, fue diseñado por Ferdinand Panciatichi, quien utilizó las tierras agrícolas de su propiedad para plantarlo con especies exóticas y elementos arquitectónicos de estilo morisco, como puentes, grutas artificiales y diversas fuentes y creaciones decorativas en terracota. Dentro del parque también se encuentra el mayor grupo de secoyas gigantes de Italia, con 57 ejemplares que superan los 35 metros de altura.
El proyecto que le devuelve a la vida
No obstante, el Castillo de Sammezzano, que ha estado cerrado al público 34 años, puede abrir de nuevo sus puertas, según informa Idealista. Esto se debe a que una familia florentina adinerada ha emitido una propuesta oficial para comprar y remodelar este castillo del siglo XVII con la intención de convertirlo en un hotel y reabrirlo para el público.
Desde su cierre, ha habido múltiples intentos de relanzar esta propiedad. Sin embargo, el elevado precio de la inversión, que se estima no debe ser inferior a los 15 millones de euros, ha impedido su rehabilitación. La familia interesada parece estar dispuesta a asumir este coste y a dar a conocer al mundo esta maravilla arquitectónica, ofreciéndole un uso turístico a futuro. Además, la dirección de la iniciativa Save Sammezzano ha anunciado optimismo con respecto a este nuevo plan. Pues, el proyecto no solo incluye la rehabilitación del castillo principal, sino también los 12 edificios adicionales que forman parte del complejo histórico.