El Barranco de l’Infern, también conocido como La Catedral del Senderismo, se ha consolidado como una de las rutas de senderismo más impresionantes y desafiantes de la Comunidad Valenciana. Situada en el norte de la provincia de Alicante, en el municipio de La Vall de Laguar, esta ruta circular de 14 kilómetros ofrece a los exploradores vistas panorámicas y una experiencia que combina deporte y naturaleza.
La ruta, conocida oficialmente como PR-CV 147, incluye un recorrido de 6.800 escalones de piedra, según información de Link Alicante. Esta particularidad y su exigente ascenso y descenso le otorgan su fama de desafío físico significativo, aunque técnicamente es manejable para aquellos en buena condición física. Además, la travesía permite atravesar el lecho del río Girona en dos ocasiones y disfrutar de paisajes espectaculares, sin necesitar material técnico especializado como cuerdas o arneses.
Los detalles de la “bajada a los infiernos”
La ruta circular, que también se le conoce como la de los 6.800 escalones de piedra, tiene un recorrido entre 4 y 6 horas, dependiendo del ritmo y experiencia de los senderistas, de acuerdo con el periódico Viajes. Esta excursión, de alta exigencia física, pero técnicamente accesible, atraviesa el Barranc de l’Infern (Barranco del Infierno) y sigue el sendero PR-CV 147.
El recorrido comienza y finaliza en el pintoresco pueblo de Fleix, uno de los tres núcleos que forman el municipio de La Vall de Laguar. Desde Fleix, la ruta sigue indicaciones claras que guían a los senderistas a través de zigzagueantes subidas y bajadas en un paisaje montañoso desafiante y espectacular.
Durante la caminata, los excursionistas cruzan el lecho del río Girona en dos ocasiones. Es importante subrayar que la ruta evita los tramos del barranco en los que se requiere equipo técnico, haciendo la travesía accesible para aquellos en buena condición física. Así, la primera gran prueba para los senderistas es la denominada “bajada a los infiernos” comienza con una empinada y larga bajada al lecho del barranco. Además, está bien señalizado con marcas blancas y amarillas y paneles de información.
Pero eso no es todo, después de esta, una nueva y más desafiante subida espera el turno, llevando a los caminantes hasta Benimaurell, otro de los pueblos del municipio. Desde ahí, un cómodo descenso devuelve a los senderistas al punto de partida en Fleix. Igualmente, este último tramo ofrece una transición relajante para concluir la ruta, después de los esfuerzos demandados en los tramos anteriores.
Al igual, el trayecto incluye varios puntos de interés, como antiguos molinos de agua y vegetación exuberante, además de la rica biodiversidad que alberga, con muchas especies endémicas que los senderistas deben procurar no molestar. Durante el trayecto, varios miradores panorámicos permiten detenerse a tomar un respiro y disfrutar del paisaje.
Consejos
Antes de lanzarse a la caminata habría que tener ciertos datos en cuenta. En primer lugar, Fleix ofrece zonas de aparcamiento cerca del inicio de la ruta, aunque estas se llenan rápidamente en temporada alta, por lo que se recomienda llegar temprano. Aunque, también es aconsejable para evitar las altas temperaturas y asegurar suficiente luz natural.
Asimismo, las condiciones climáticas pueden afectar el recorrido. Tras episodios de lluvias torrenciales, el barranco y sus afluentes pueden tener niveles elevados de agua, lo que hace peligroso recorrer la ruta. Por lo que, se recomienda realizar este sendero durante la primavera, cuando la vegetación está en su apogeo, o en febrero y marzo, ya que se puede disfrutar de los almendros y cerezos en flor. En cambio, hacerla en verano está desaconsejado por las altas temperaturas.
Además, aunque la Font de Reinós, situada junto al barranco, y otras fuentes en Fleix y Benimaurell ofrecen agua, esta no está tratada, y consumirla podría no ser seguro. Entre otros elementos esencial, es imprescindible llevar calzado adecuado, protector solar y alimentos.