Se acerca septiembre y eso significa que para muchas personas las vacaciones de verano llegan a su fin. Tendrán que decir adiós a las largas jornadas fuera de casa, a los chiringuitos, al camping, a la montaña y a la playa. Pero, qué tendrá la playa que siempre queremos volver a ella, a su brisa marina, a sus arenas, a sus olas, a su tranquilidad, al rugido de sus aguas.
España tiene la suerte de albergar a lo largo de sus kilómetros infinitos de litoral, arenales que parecen sacados del mismísimo Edén. Lugares en lo que relajarse, disfrutar del paisaje, del entorno y de un buen baño. Algunos de esos enclaves más especiales se esconden en la Costa Brava. El pequeño mapa de esta zona junto con el Pirineo de Girona acoge mucha vida. Una tercera parte del territorio es espacio natural protegido, cuenta con ocho parques naturales de paisajes variopintos, además de una infinidad de calas, playas, acantilados, humedales, valles y cumbres.
La playa que es el Caribe catalán
L’Escala no es solo conocida a lo largo de todo el globo por la excelencia de una de sus principales industrias, como lo es la salazón de anchoa, sino también por tener algunos de los mejores arenales de toda Cataluña. Una de esas joyas escondidas en la conocida como el Caribe catalán, Cala Montgó.
Escondida entre los límites de la Escala y Torroella de Montgrí y situada al lado del Parque Natural de Montgrí, este enclave tiene un paisaje increíble que nada le tiene que envidiar a las playas de la República Dominicana. Este espacio, que un día pudo haber sido una antigua dolina hundida por su forma redondeada, presume de tener la bandera azul.
Tiene una longitud de 430 metros y 200 metros de ancho y está limitada por la Punta Venosa y la Punta del Milà, lo que da lugar a la bahía de Montgó. Esta situación geográfica la mantiene resguardada de los vientos, por ello en épocas romanas fue un punto de desembarco. Este espectacular arenal invita a recorrer la senda litoral hacia punta Venosa o a subir a la torre punta Montgó, que en un pasado bucanero sirvió para advertir los ataques de los piratas.
Famosa por sus aguas cristalinas
Si algo hace especial a esta cala, además del espectacular paisaje en el que se halla enclavada, entre verdes pinares y piedras calizas, es por sus aguas turquesas, rozando lo transparente, que invitan a sumergirse en ellas. Por ello, es el lugar idóneo para disfrutar de actividades como el snorkel, el buceo o el kayak y descubrir una fauna extraordinaria y abundante. Es habitual poder ver peces luna, bogavantes, langostas y bancos enormes de peces. Cuenta con varios establecimientos turísticos cerca de su paseo marítimo donde poder tomar un aperitivo, además de servicios en la playa.
Cómo llegar
Para llegar a Cala Montgó desde Girona habrá que coger la AP-7 y recorrer esta carretera durante 49 kilómetros, un recorrido de unos 52 minutos. Desde Barcelona, habrá que coger la C-33 y AP-7 hacia GI-623.