Ciñéndonos a los términos legales, en España no es ningún delito ir en bañador por las vías públicas. Esto provoca que, especialmente en localizaciones playeras, sea habitual ver a turistas transitando de esta forma por las calles. De hecho, algunos ayuntamientos locales han querido acabar con esta costumbre implementando sanciones económicas para reducir en la medida de lo posible esta práctica.
Malta es seguramente, por proporción, uno de los países donde más se puede ver a gente caminando sin camiseta por mitad de las ciudades, un hecho que ha provocado que los vecinos estén hartos de esta rutina “ilegal e inmoral”. Así lo ha hecho saber David Pace O’Shea, residente de la ciudad costera de Sliema, de más de 22.500 habitantes, quien ha colocado numerosos carteles por la localidad en contra de esta actividad.
Una polémica advertencia
“Un comportamiento decadente a nuestras normas éticas”: así ha tachado David al hecho de transitar por las calles en bañador con el fin de que se tomen medidas al respecto. Sin embargo, hasta que esto suceda, ha sido él quien ha emplazado 60 carteles alrededor de la ciudad con el siguiente mensaje: “No a la ropa de baño en nuestras calles”. Todo ello acompañado de una señal de prohibición encima de los símbolos de bañadores de ambos sexos.
Esto se trata, claramente, de una advertencia hacia los turistas que llevan a cabo esta práctica, con el fin de que no se produzca más. “Esta práctica, que se está volviendo cada vez más descarada y ‘en tu cara’ cada verano, es ilegal, inmoral, distrae y causa enfado”, confirmaba David en sus redes sociales. Asimismo, ha declarado que causa un sentimiento de vergüenza para aquellos que lo ven desde fuera, y que debería ser igual para los que lo hacen.
Pide la colaboración ciudadana... e institucional
El residente de Sliema considera que únicamente con las señales no se va a acabar con esta costumbre. Es por ello que ha pedido ayuda externa entre los habitantes de la población, proponiendo algunas otras formas de contribuir a la causa.
“Uno puede colocar señalización en áreas residenciales y dar avisos a través de canales apropiados como hoteles, redes sociales y otros operadores turísticos/estudiantiles sobre un código de vestimenta esperado en nuestras calles. Esto también será bien recibido por los turistas de calidad que nuestro país busca atraer”, apunta David sobre la ayuda que les pueden brindar sus vecinos.
Por otro lado, ha querido elevar sus quejas más allá, y es que ha solicitado, principalmente, ayuda de parte de las instituciones oficiales. Para ello, ha escrito una carta formal, de manera conjunta junto a otros 42 residentes, al concejo local y a la policía, donde les ha pedido amablemente “que tomen medidas correctivas al respecto”. Además, también destaca que habla en nombre de muchos de los ciudadanos, a pesar de que gran parte de ellos no se hayan pronunciado públicamente.
De esta manera, la campaña se ha hecho especialmente popular tanto en la zona como a nivel internacional, pudiéndose tratar de un verdadero punto de inflexión en este tema que tanto afecta al mundo en general.