El bonito pueblo de Portugal que está a 30 minutos de España y es el más alto del país: una catedral gótica y ruta por pasarelas

Esta localidad sorprende con su legado medieval gracias a sus imponentes monumentos y secretos escondidos, además, está rodeada por la Serra da Estrela, lo que permite disfrutar de uno de los mejores entornos naturales del país

Guardar
Catedral de Guarda, en Portugal
Catedral de Guarda, en Portugal (Shutterstock España).

Al noroeste de Portugal, a más de mil metros de altitud, se alza la bella localidad de Guarda. Este pueblo, el más alto del país, se alza como el guardián de la historia, la cultura y la naturaleza de la región. Ubicado en el mismo distrito que lleva su nombre, la localidad es también un enclave estratégico con un rico legado histórico que se remonta a la época romana y medieval. Pero esto no es todo, pues en sus alrededores, el Parque Natural da Serra da Estrela le convierte en un destino natural maravilloso que tiene su máximo exponente en una de las rutas de senderismo más impresionantes del país: las Pasarelas de Mondego.

Todo este conjunto hace de la villa un lugar ideal para una escapada de fin de semana, pues además, se encuentra a menos de una hora de España. Así, son muchos los que se acercan a disfrutar de todos sus encantos, y es que, Guarda alberga también un rico legado monumental que evidencia la gran importancia histórica que tuvo a lo largo de los siglos.

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Su historia y la catedral

Los orígenes de Guarda se remontan al año 1199, cuando fue fundada por el rey Don Sancho I. Desde su levantamiento hasta hoy, la villa ha sido testigo de importantes episodios históricos, incluyendo la Reconquista y las guerras napoleónicas, siendo un punto de gran importancia estratégica y militar. De hecho, debe su nombre, “Guarda”, a su papel como baluarte defensivo en la frontera con Castilla durante la Edad Media. Este carácter defensivo aún se refleja en su arquitectura, con vestigios de sus murallas y fortificaciones medievales.

Catedral de Guarda, en Portugal
Catedral de Guarda, en Portugal (Shutterstock España).

De todos sus monumentos, el más representativo de la ciudad es su catedral. Las obras de construcción del templo se iniciaron en el año 1390 por petición del obispo D. Vasco de Lamego durante el reinado del rey D. João, sin embargo, estas acabaron durante el reinado del rey D. João III, con lo que se extendieron a lo largo de más de 150 años. A pesar de ello, la catedral de Guarda se convirtió en una de las iglesias más importantes de Portugal y no es para menos, pues presenta una arquitectura que es de lo más imponente.

Esta entremezcla los estilos gótico y manuelino, creando una fusión de ambos que da lugar a una apariencia sorprendente. Además, está construida en granito, lo que le confiere también una imagen fortificada que deja con la boca abierta. Esta se caracteriza por sus pináculos y contrafuertes, que se intercalan con los elegantes elementos decorativos manuelinos. En cuanto a su interior, el retablo de piedra esculpida y las bóvedas nervadas son testimonio del alto nivel artístico alcanzado durante la época de su edificación.

De hecho, el retablo mayor de piedra de Ançã, “ejecutado por el taller de João de Ruão en Coimbra, y que está considerada como una de las mayores obras de escultura erudita del periodo más tardío del Renacimiento”, tal y como explican desde el portal web de Turismo del Centro de Portugal. Además, todo este conjunto artístico, histórico y arquitectónico ha hecho que el prestigioso filósofo Eduardo Lourenço le confiera el nombre de ‘navío de piedra’.

Un paseo por Guarda

Guarda, en Portugal (Shutterstock España).
Guarda, en Portugal (Shutterstock España).

Más allá de la catedral, Guarda atesora un casco medieval que sorprende a propios y extraños. Sus calles empedradas muestran un laberíntico trazado que conduce a los demás puntos de interés, como es el caso de la judería. Esta zona de la ciudad cuenta con una de las mayores influencias hebreas de Portugal, evidenciando su presencia desde el siglo XIII, “cuando el rey D. Dinis dio la carta real (” Foro”) a las comunidades judías de la parroquia de S. Vicente”, señalan.

De este modo, la judería de Guarda se convirtió en una de las más importantes y antiguas del país. Esta se situaba dentro de las murallas de la ciudad, junto a la “Porta d’El Rei, que abarca el cementerio de la Iglesia de San Vicente, en la frontera con la muralla de la ciudad y de la Rua Direita, que llevó a esa entrada” afirman. A día de hoy, el centro histórico de Guarda aún mantiene el legado judío, permitiendo disfrutar de este a lo largo de sus calles y edificios.

Por su parte, situada a 1.056 metros de altitud, la torre de Menagem se alza como otro de los puntos imperdibles en la ciudad. Su construcción se remonta al siglo XIII y constituye un vestigio de la fortaleza medieval que dominaba la ciudad de Guarda. Esta torre, que en su origen formaba parte de una estructura militar y residencial conocida como “Alcáçova”, servía como palacio fortificado donde residían el alcalde y su familia, además de albergar un cuartel para la guarnición militar de la época.

Además, el fortín no solo destaca por su importancia histórica, sino también por ofrecer una de las vistas más espectaculares sobre la ciudad de Guarda y la región circundante, permitiendo a los visitantes apreciar el paisaje montañoso que caracteriza esta parte de Portugal.

Las pasarelas de Mondego

Pasarelas de Mondego en Portugal
Pasarelas de Mondego en Portugal (passadicosdomondego.net).

Guarda también es la puerta de entrada a la Serra da Estrela, el parque natural más grande de Portugal, conocido por sus paisajes montañosos, sus rutas de senderismo y, en invierno, por ser el principal destino de esquí del país. En este enclave, apenas a 20 kilómetros de la ciudad, se ubican las Pasarelas de Mondego, una de las rutas más impresionantes del país luso. Se trata de un recorrido por pasarelas que discurre siguiendo el curso del río Mondego y dos afluentes, el Ribeiro do Barrocal y el río Caldeirão.

El aspecto más destaca de este itinerario es que de los 12 kilómetros de longitud que tiene, siete son a través de pasarelas de madera, mientras que el resto se realiza por pistas y caminos. Además, son muchos los atractivos con los que cuenta, pues se podrán contemplar hermosas cascadas y miradores, y se cruzan puentes que quitan el aliento. Su punto de partida se localiza junto a la villa de Videmonte y termina en la Represa de Caldeirão (también se puede hacer al revés). A su vez, pasa por pueblos como Meios, Maçainhas, Pero Soares y Vila Soeiro entre otras.

Cómo llegar

Desde la localidad española de Fuentes de Oñoro el trayecto tiene una duración de 30 minutos aproximadamente por la carretera A25. Por su parte, desde Ciudad Rodrigo el viaje tiene una duración estimada de 45 minutos por las vías A-62 y A25.

La ciudad de Portugal declarada Patrimonio de la Humanidad con casas incrustadas en un acueducto medieval.
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