El impresionante monasterio del siglo XI ubicado sobre un río que es una de las joyas del románico catalán

Esta abadía es la única que perteneció a la orden de los Benedictinos en la zona y gracias a su importancia histórica y arquitectónica está declarada como Monumento Histórico Artístico

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Esta abadía es la única que perteneció a la orden de los Benedictinos en la zona y gracias a su importancia histórica y arquitectónica está declarada como Monumento Histórico Artístico

La comarca de Osona está llena de rincones que son una maravilla. Esta región barcelonesa, caracterizada por su rica diversidad cultural, histórica y geográfica, combina un paisaje montañoso, dominado por el macizo del Montseny y la sierra de Cabrera, con fértiles valles que sustentan una activa agricultura y ganadería. Asimismo, la capital comarcal, Vic, es conocida por su importante patrimonio medieval, reflejado en su casco antiguo y su emblemática plaza Mayor.

Pero esto no es todo, pues a lo largo de todo su territorio se puede disfrutar de un rico patrimonio arquitectónico que se traduce en impresionantes monumentos como el monasterio de Sant Pere de Casserres. Esta construcción atesora un alto valor artístico e histórico, pues es uno de los mayores exponentes del arte románico en Cataluña. Por no hablar de su increíble situación, pues se incrusta en la parte interior de un meandro muy pronunciado del río Ter, actualmente medio rodeado por el embalse de Sau, dando lugar a un entorno extraordinario.

la leyenda y su construcción

Monasterio de Sant Pere de Casserres, en Barcelona (Shutterstock España).
Monasterio de Sant Pere de Casserres, en Barcelona (Shutterstock España).

La fundación de Sant Pere de Casserres está envuelta en leyendas que se entrelazan con la historia real del monasterio. Según la tradición, el monasterio fue fundado por la familia vizcondal de Osona-Cardona, en cumplimiento de un voto hecho tras la muerte de su hijo menor, quien, según la leyenda, fue encontrado muerto en el mismo lugar donde hoy se erige el monasterio. Sea como fuere el motivo real, su construcción comenzó en el año 1005, bajo el patrocinio de la vizcondesa Ermetruit, esposa de Bermon I de Osona-Cardona, y la primera mención documental del monasterio data de 1012, cuando se consagró la iglesia abacial.

El monasterio, dedicado a San Pedro, fue concebido como un priorato benedictino, de hecho, fue el único perteneciente a la orden en la zona y su diseño arquitectónico refleja las características típicas del románico catalán de la época. Así, durante los siglos XI y XII, la abadía gozó de un considerable poder e influencia, no solo en la comarca de Osona, sino en toda la región de Cataluña. Su ubicación estratégica, en un lugar de difícil acceso, le permitió ejercer un control significativo sobre las tierras circundantes.

Además, el monasterio acumuló un importante patrimonio gracias a las donaciones de la nobleza local y los privilegios concedidos por diversos reyes y obispos. Sin embargo, a partir del siglo XIII, comenzó a experimentar un lento pero inexorable declive. Las razones fueron múltiples: la disminución de las donaciones, la pérdida de influencia de la familia fundadora, y la creciente inseguridad en la región, que afectó tanto a la vida monástica como al mantenimiento del monasterio.

Sant Pere de Casserres fue convertido en un priorato dependiente del monasterio de Cluny y finalmente fue abandonado en el siglo XVIII. Tras ello, sus propiedades fueron absorbidas por el monasterio de Sant Joan de les Abadesses. Durante los siglos siguientes, el edificio cayó en un estado de ruina, sufriendo saqueos y expoliaciones que deterioraron considerablemente su estructura.

El monasterio actualmente

Monasterio de Sant Pere de Casserres, en Barcelona (Shutterstock España).
Monasterio de Sant Pere de Casserres, en Barcelona (Shutterstock España).

A pesar de su progresivo abandono y deterioro, a día de hoy el monasterio de Sant Pere de Casserres se ha convertido en uno de los mayores atractivos de la región. Todo ello gracias al proceso de restauración llevado a cabo por la Diputación de Barcelona a finales del siglo XX. La intervención, que se realizó entre 1991 y 1998, permitió la recuperación del edificio y su entorno, devolviendo al monasterio gran parte de su aspecto original y consolidando su estructura.

Gracias a ello, su visita es ahora un viaje al medievo catalán en el que se puede conocer toda la historia del monumento y apreciar la belleza de la arquitectura románica en un entorno natural incomparable. Así, alberga una exposición permanente que ofrece una interpretación detallada de la vida monástica en el lugar.

A través de la recreación de diversas salas, que han mantenido su disposición original a lo largo de los siglos, los visitantes pueden sumergirse en el día a día de los monjes que habitaron el monasterio. Además, la muestra incluye un audiovisual que relata la leyenda fundacional, la historia y el proceso de construcción del conjunto monástico, proporcionando un contexto completo sobre su relevancia histórica y cultural.

Cómo visitarlo: horario y precios

Monasterio de Sant Pere de Casserres, en Barcelona (Shutterstock España).
Monasterio de Sant Pere de Casserres, en Barcelona (Shutterstock España).

Tal y como expone en su portal web, el horario de visita varía en función de la época del año. Así, desde el 1 de junio al 30 de septiembre es de 10:00 h a 19:30 h y del 1 de octubre al 31 de mayo es de 10:00 h a 17:30 h. En cuanto al precio, la tarifa general tiene un coste de 5 €, mientras que la reducida es de 3 €.

Cómo llegar

Desde Barcelona, el viaje es de alrededor de 1 hora y 20 minutos por la carretera C-17. Por su parte, desde Girona el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora h 10 minutos por la vía C-25.

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