La desconocida isla de Portugal sin coches, con playas paradisíacas y un camping único en el mundo

Con una extensión de 92.152 km², Portugal es una joya de norte a sur, que esconde a lo largo de su territorio maravillosos enclaves. Uno de ellos, el Parque Natural de la Ría Formosa, un laberinto de canales, islas, marismas y bancos de arena que se extienden en el litoral algarvío entre las Playas de Garrão y Manta Rota. Un lugar donde disfrutar del sol, el mar y de auténticos paraísos como las islas de Tavira, Armona, Culatra y de la Barreta, con playas paradisíacas extensas poco frecuentadas.

A 15 kilómetros de la ciudad de Faro se encuentra la isla de Armona (Ilha da Armona), un impresionante territorio de arenas blancas y aguas cristalinas, que parece sacado del Edén y al que sólo se puede llegar en ferry. Nada más poner un pie en el muelle, se atisba un paisaje que nada le tiene que envidiar al caribeño. Este islote cuenta con unas playas extensas en las que será difícil encontrarse con otro visitante.

Hoy en día resulta misión imposible encontrar algún lugar en el que no haya coches, aunque Armona no cuenta con ese problema, en esta isla los visitantes no tendrán que compartir espacio con los vehículos y podrán disfrutar de las vistas sin que estas se vean invadidas por el ruido de los automóviles. Desde el muelle hasta la playa principal, por ejemplo, hay un paseo de un kilómetro y medio que se hace recorriendo caminos entre decenas de casas bajas y paisajes pintorescos.

Este maravilloso lugar cuenta con bares y restaurantes de pescadores que preparan deliciosos platos de pescado y marisco característicos de la gastronomía tradicional. Su arenal principal es muy largo y tiene poca profundidad, por lo que cuando hay bajamar es posible adentrarse en el mar y caminar hasta los pequeños islotes de arena que emergen en el horizonte, el agua no cubre más allá de las rodillas.

Los paseos por Armona se pueden volver infinitos si nos paramos a observar todos los detalles que hacen de ellos algo único. Un recorrido por sus calles es disfrutar de las pequeñas casas de colorines de los pescadores, de las flores en cada rincón, de la decoración de los porches de los hogares, de los jardines repletos de plantas autóctonas, de los barcos encallados en la arena, hasta del diseño de las chimeneas. Una agradable caminata aromatizada por el olor del pescado cocinándose a la brasa.

El camping de la isla de Armona es único en el mundo, ya que, se encuentra en medio de un parque natural. Es un espacio donde se puede disfrutar de un paisaje salvaje, bajo un ambiente de calma, tranquilidad y paz, sabiendo que a dos pasos del bungalow se encuentra una playa espectacular. Las pequeñas casitas cuenta con salón-comedor con nevera, calefacción en la habitación y una terraza cubierta.

Para llegar a la Isla de Armona habrá que coger uno de los ferrys que salen de Olhão, un trayecto de uno 20 minutos que cuesta 3,50 euros. Las conexiones son diarias y la frecuencia aumenta en los meses de verano.