Cuando pensamos en hacer turismo en Portugal, lo primero que se nos viene a la mente son ciudades como Lisboa, Oporto o, incluso, algunas de las más destacadas de la región del Algarve. Sin embargo, el estado luso cuenta con muchos otros puntos clave muy recomendables a la hora de visitar.
Esto mismo sucede en el distrito de Alentejo, el cual es el que más territorio abarca de todo el país, con hasta 31.500 km². Es por ello que, al gozar de tanto terreno, el número de destinos atractivos aumenta. En esta ocasión, vamos a indicar cuáles son los 10 pueblos más bonitos de esta región, cada uno con sus respectivas peculiaridades.
Évora
Que mejor que comenzar con la capital de Alentejo. Se trata de una ciudad de 53.500 habitantes ubicada en pleno centro del distrito. Es uno de los destinos más históricos de este lista, contando, incluso, con patrimonio romano anterior al nacimiento de Cristo. A día de hoy, ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, y, en su momento, fue la residencia de verano de los reyes de Portugal. Entre sus monumentos más reconocidos, encontramos la Capilla de los Huesos, el Acueducto de Agua de Plata o la Sé de Évora.
Crato
Lo más destacado de esta ciudad es, sin duda, la Orden de Malta. Esta comunidad del siglo XIII tuvo una importante influencia en la villa, lo cual se ve reflejado en sus monumentos y arquitectura. El Monasterio-Fortaleza de Flor da Rosa es buen ejemplo de ello. No obstante, el municipio también cuenta con un privilegiado entorno natural, al hallarse en el corazón del Parque Natural da Serra de São Mamede. Asimismo, la Feria de Crato, celebrada en agosto, es uno de los mayores reclamos de todo el país, llegando a atraer a miles de turistas.
Arraiolos
Seleccionado por Lonely Planet como uno de los más bonitos, tenemos la ciudad de Arraiolos, caracterizada por su gran influencia árabe. Este rasgo no solo es visible en sus edificios, donde destaca su castillo, sino también en los reconocidos tapices de la localidad. Sus alfombras y telas, elaboradas de forma artesanal, contienen unos dibujos que han sido estudiados por numerosos historiadores buscándoles un significado. Finalmente, el Convento de Nossa Senhora da Assunção o la Igreja da Misericórdia son claros ejemplos de la cultura religiosa de Arraiolos.
Beja
Si algo destaca en Beja, es la gran tradición vinológica de la zona, que se muestra al turista a través de catas y paseos por las diferentes bodegas. La Casa de Santa Victoria es la más reconocida; sin embargo, hay muchas más. Por otro lado, el municipio está presidido por su imponente castillo, que se ubica en la altura con respecto a las casas y desde donde resaltan sus maravillosas vistas. Más allá de esto, cabe reseñar el Convento de Nossa Senhora da Conceiçao, su museo regional y sus ruinas romanas.
Marvão
A tan solo 30 minutos de la frontera con España, Marvão cuenta con uno de los castillos más impresionantes de Alentejo. Su fortaleza, localizada en lo alto de una roca de hasta 850 metros de altura, fue construida en el siglo XIII y goza de unas vistas completas al Parque Natural de la Serra de Sao Mamede. Asimismo, a pesar de tener únicamente 600 habitantes, y por ende ser un municipio realmente pequeño, su casco urbano es muy destacable, albergando numerosos templos religiosos donde la Iglesia de Santa María se lleva los focos.
Mértola
También destacado por Lonely Planet como uno de los mejores destinos de Alentejo, encontramos Mértola. En su momento, se trataba de un importante punto comercial al encontrarse a orillas del río Guadiana. Esto provoca que, a día de hoy, sean visibles los restos de ciertas civilizaciones que habitaban la zona hace varios siglos. Por otro lado, el hecho de ubicarse en mitad del Parque Natural do Vale do Guadiana, le permite tener una serie de atractivos naturales como el Pulo do Lobo o las Azenhas do Guadiana.
Castelo Vide
Como su propio nombre indica, y al igual que sucede con otros de los pueblos de esta lista, este municipio se caracteriza por el castillo que surge en pleno corazón de la localidad, y desde el que se puede disfrutar de unos bellos paisajes panorámicos. Además, la mayoría de los edificios de Castelo Vide son de color blanco, conformando una gran mancha en el entorno, el cual está conformado por el Embalse de Póvoa e Meadas, con fauna y flora muy diversa. Finalmente, las calles de este pueblo configuran un antiguo barrio judío, que se traspasa al ambiente y a la estética de las construcciones.
Elvas
La belleza visual desde el cielo de Elvas es indescriptible. Gran parte de la responsabilidad la tiene el Fuerte de Gracia, en forma de estrella y considerado, unido al Fuerte de Santa Lucía, como el conjunto militar más grande del mundo con un perímetro de hasta 10 kilómetros de longitud. Esto es debido a que, históricamente, este municipio ha servido como zona de defensa militar debido a su cercanía a la frontera y al río Tajo. Asimismo, también ofrece un casco histórico donde disfrutar de su acueducto o la Plaza da República.
Estremoz
Esta ciudad es reconocida como “la ciudad de mármol” y se divide en dos partes fácilmente identificables: parte baja y parte alta. Respecto a la zona elevada, sus fortificaciones es lo que más llama la atención, especialmente la muralla medieval que la envuelve. Por otra parte, la parte inferior de Estremoz, está gobernada por el torreón del castillo, junto a la Plaza de Rossio. Por último, cabe destacar que está completamente rodeada de viñedos, que le dan un toque particular al municipio.
Sines
Para finalizar esta lista, no podemos no mencionar el pueblo costero de Sines, en el litoral atlántico. En este caso, el tipo de turismo es distinto, ya que principalmente se trata de un destino veraniego. La Praia de Sao Torpes es una de las más destacadas con su tranquilidad y arena blanca, sin embargo, también tiene otras como la Praia Vasco da Gama o la Praia da Costa Norte. En cuanto a la ciudad en sí, lo más llamativo es su centro histórico, con sus peculiares caminos y casas pintorescas.