La Sierra de Guadarrama es un destino emblemático para los aficionados al senderismo y a la naturaleza. Esta cadena montañosa, que forma parte del sistema Central, se ha consolidado como un lugar de referencia para quienes buscan escapar del bullicio urbano de la capital y adentrarse en un entorno natural de gran belleza. Los visitantes que se adentran en la sierra son recibidos por un paisaje diverso y cautivador, donde se entrelazan frondosos bosques, prados alpinos y abruptas cumbres rocosas. Además de su riqueza natural, la región alberga pintorescos pueblos que son testimonio vivo de la historia y la cultura de la zona.
Poblaciones como Rascafría, Cercedilla y Navacerrada, con su arquitectura tradicional y su oferta gastronómica, invitan al viajero a sumergirse en la vida rural, lejos del ritmo acelerado de la ciudad. Pero más allá de su atractivo evidente, la Sierra de Guadarrama guarda secretos que todavía no han sido descubiertos por el gran público. A pesar de su popularidad, esta región esconde rutas menos transitadas, senderos olvidados y rincones casi inexplorados que merecen ser descubiertos.
Una de estas sendas es la conocida como ruta circular de Hoyo de Manzanares. Se trata de un camino que recorrer uno de los parajes más especiales de la sierra y descubre espacios tan singulares como el Área Recreativa de La Cabilda, “un espacio equipado con fuentes y mesas al aire libre y en el que se halla el Yacimiento Arqueológico visigodo de La Cabilda. El acceso al yacimiento es libre y gratuito en cualquier horario”, señalan desde la web de la Sierra de Guadarrama.
Una ruta para toda la familia
El sendero, de sentido circular, cuenta con una longitud de 13,8 kilómetros y un desnivel de apenas 100 metros. Esto lo convierte en una actividad ideal para hacer en compañía de la familia y amigos, ya que a dificultad es baja. Además, el itinerario está señalizado en todo momento. A su vez, la ruta puede hacerse durante todo el año, aunque en verano deben tenerse en cuenta las altas temperaturas. Por otro lado, el punto de partida se encuentra en el pueblo de Hoyo de Manzanares, concretamente cerca de las urbanizaciones del Picazo y el Roquedal, siguiendo por un camino que recorre la falda de la Sierra de Hoyo en dirección este.
Tal y como expone el portal de la Sierra de Guadarrama, el itinerario se desarrolla en todo momento paralelo a la valla de piedra que delimita la finca de Las Viñas. Desde el inicio, el camino avanza hasta encontrarse con una barrera y un cruce, donde el camino continúa hacia la izquierda. A escasos metros, una nueva barrera y una baliza, marcada con una flecha verde, indican la continuación del recorrido. Al otro lado de la calzada, otra baliza y un camino conducen a un cruce y a una majada construida en ladrillo.
En este punto, el camino sigue en dirección oeste, tomando el acceso de la derecha. A pocos metros, aparece una bifurcación en la que se debe seguir por la izquierda, descendiendo hacia el arroyo Rolinares y el puente de piedra que lleva su nombre. Tras cruzar el arroyo, la ruta prosigue por la izquierda, donde se encuentra un vacunadero de ganado, y continúa hasta alcanzar nuevamente la carretera. Cruzando la calzada, una señal marca un camino que asciende entre enebros.
Sin desviarse, el trayecto sigue una nueva señalización que gira a la derecha cerca de una cantera. Siguiendo este sendero, sin tomar desvíos adicionales, se llega a una urbanización desde la cual la ruta desciende hacia la carretera donde se sitúa la caseta de control del complejo residencial La Berzosa. El recorrido continúa hacia la izquierda, siguiendo la carretera hasta encontrar un camino a la derecha que lleva a un depósito de agua. A medida que se avanza, el camino asciende junto a una valla y atraviesa una zona de berrocales, transitando por un estrecho sendero rodeado de jaras. Finalmente, este enlaza con un camino a la derecha que conduce de nuevo a la parte norte del pueblo, en las inmediaciones de la finca La Ladera y El Picazo.
Cómo llegar
Desde Madrid, el viaje hasta Hoyo de Manzanares es de alrededor de 40 minutos por la carretera A-6. Por su parte, desde Segovia el trayecto tiene una duración estimada de 50 minutos por las vías AP-61 y AP-6 (hay peajes).