El bonito pueblo de Segovia con una triple joya patrimonial que es el más afortunado de la provincia

Situado en el límite entre las provincias de Ávila y Segovia, la localidad castellano leonesa de Rapariegos es considerada el pueblo más afortunado de Segovia. La razón es clara: la suerte ha llamado a su puerta hasta en tres ocasiones. Primero con la Lotería del niño, después con el sorteo de la ONCE y por último en el Sorteo Extraordinario del Día del Padre, donde se repartieron dos millones de euros.

Ahora más allá de la fortuna, con una población pequeña y un ambiente tranquilo, Rapariegos destaca por su entorno rural y su rica historia. Así, este pintoresco pueblo es ideal para quienes buscan disfrutar de la serenidad de la vida en el campo, rodeados de paisajes naturales y la arquitectura tradicional castellana.

Rapariegos destaca como un enclave de extraordinaria riqueza patrimonial, gracias a su impresionante trío de monumentos históricos: el Real Convento de Santa Clara, la ermita del Santo Cristo de la Moralejilla y la iglesia de San Pedro. Este conjunto monumental no solo embellece el municipio, sino que también lo convierte en un punto de interés cultural, favorecido además por su estratégica ubicación equidistante de tres provincias: Segovia, Valladolid y Ávila. A tan solo siete kilómetros de Arévalo, capital de La Moraña, Rapariegos se beneficia de esta proximidad geográfica.

Partiendo de Arévalo por la carretera SG-411, que conecta Rapariegos con la N-601 y la A-6, se puede apreciar la ermita del Santo Cristo de la Moralejilla, situada en medio de una vasta llanura. Este edificio, una joya del románico-mudéjar, fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1994. Históricamente, se sabe que fue la iglesia de una aldea desaparecida llamada Moraleja de Santa Cruz. Su tamaño inusual, con tres naves y tres ábsides, junto a su planta basilical en forma de cruz latina, sorprende al visitante.

Otro de los tesoros de Rapariegos es el convento de Santa Clara de Asís, fundado en el siglo XIII. A pesar de haber sufrido un devastador incendio en 1750, que dejó en pie solo la iglesia, y otro incendio cinco años más tarde, el convento ha sido reconstruido. Además, soportó saqueos durante la Guerra de la Independencia y la desamortización.

Finalmente, la iglesia parroquial de San Pedro, situada en el corazón del municipio, es la tercera joya del patrimonio de Rapariegos. Su robusta torre y su campanario, que se jacta de ser uno de los más anchos de Castilla y León y de Europa, dominan el paisaje del pueblo. Este templo, originalmente románico y luego barroco, data del siglo XVII y alberga en su interior una pila bautismal de grandes proporciones y un retablo mayor de notable valor artístico.

Rapariegos se presenta como un destino perfecto para los amantes del senderismo. Este pequeño municipio segoviano ofrece una ruta de unos 10 kilómetros, de dificultad moderada, que comienza en la plaza principal, junto a la iglesia de San Pedro. Desde allí, el camino dirige hacia la ermita del Santo Cristo de la Moralejilla, a través de un paisaje agrícola.

Al llegar a la ermita, una auténtica joya del románico-mudéjar, los visitantes pueden detenerse para disfrutar del entorno y contemplar la historia de la desaparecida aldea de Moraleja de Santa Cruz. La ruta continúa con un trayecto circular de regreso que serpentea por los campos de cultivo, ofreciendo la oportunidad de observar la flora y fauna local.

De vuelta en Rapariegos, el recorrido incluye una parada en el Convento de Santa Clara de Asís, donde todavía se conservan los restos de la iglesia, superviviente de incendios y saqueos a lo largo de los siglos. La caminata concluye en la iglesia de San Pedro.

Para llegar a Rapariegos desde Segovia existen varias alternativas. No obstante, quienes opten por ir en coche deberán tomar la A-601 en dirección a Segovia y después salir de esta vía por la salida a 49 para incorporarse a la CL-605 en dirección a Arévalo. Finalmente, solo queda continuar por la CL-605 y seguir las señales hacia Rapariegos.