Tenerife está repleto de rincones mágicos, pero ninguno como San Cristóbal de la Laguna. Esta localidad es una de las joyas de la isla, pues gracias a sus vivos colores, rico patrimonio y gran relevancia histórica, es uno de los destinos más demandados de la isla. De hecho, todo su conjunto ha hecho que, desde 1999, forme parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, siendo, además, uno de los pueblos más bonitos de las islas Canarias.
Sus calles destacan por mantener la arquitectura intacta desde su fundación hace alrededor de cinco siglos. Tanto es así, que su trazado sirvió de inspiración para la construcción de varias ciudades en América Latina, como La Habana y Cartagena de Indias, donde destacaban los colores vibrantes y las grandes mansiones con extensos patios y jardines. Por no hablar de su impresionante conjunto monumental, donde edificios tan emblemáticos como la catedral o la iglesia de la Concepción sorprenden al viajero.
Una distribución única
Fundada en 1496 por Alonso Fernández de Lugo, La Laguna, fue originalmente concebida como la capital de Tenerife, un papel que desempeñó hasta que en 1833 Santa Cruz de Tenerife asumió esa función. La elección del emplazamiento de La Laguna, a 550 metros sobre el nivel del mar, en un valle fértil, respondió a razones estratégicas y de seguridad. La ciudad se construyó alrededor de una laguna, de la cual tomó su nombre, aunque este cuerpo de agua desapareció con el tiempo debido a la expansión urbana y a las necesidades agrícolas.
Gracias a ello, el pueblo se convirtió en uno de los principales centros administrativos de la isla, que desde su fundación mantiene su estructura intacta hasta nuestros días. Así, el viajero se sumerge en una máquina del tiempo donde se traslada a hace 500 años gracias a su arquitectura típica. De hecho, su distribución se hizo inspirándose en las cartas de navegación en la que el plano de San Cristóbal se lee como un “mapa estelar”. Esto se traduce en una ciudad diseñada siguiendo un trazado en cuadrícula, siendo la primera del mundo en hacerlo.
Igualmente, su casco histórico conserva un notable conjunto de edificios de gran valor histórico y arquitectónico, que abarca desde los siglos XVI al XVIII. Así, un paseo por sus calles, especialmente la de San Agustín, permite disfrutar de construcciones tan impresionantes como la Casa Salazar, el antiguo Convento de San Agustín o el Palacio de Lercaro. Aunque sí hay algún edificio que destaca, ese es la catedral de San Cristóbal, la única de Tenerife y que destaca por su llamativa fachada neoclásica.
A su vez, otras de sus joyas es la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, con su torre de 28 metros, la más antigua de la isla, y su maravilloso artesonado mudéjar; o la Plaza del Adelantado, con su fuente de mármol, realizada en Francia y donde se han llevado a cabo los actos públicos más importantes de la historia de la ciudad. Otro edificio de interés es el Palacio de Nava, una joya del barroco canario. Además, La Laguna es hogar de la Universidad de La Laguna, fundada en 1792, la primera universidad de Canarias, que ha sido un centro clave para el desarrollo cultural y académico del archipiélago.
Cómo llegar
Desde Santa Cruz de Tenerife, el viaje es de apenas 15 minutos por la carretera TF-5. Por su parte, desde Puerto de la Cruz el trayecto tiene una duración estimada de 30 minutos por la misma vía.