La playa paradisiaca de España que es una de las mejores del mundo: de agua turquesa, arena blanca y rodeada de naturaleza

Hay quienes ya la consideraban un paraíso y ahora se ha confirmado: Caló des Moro, en el oeste de Mallorca, ha sido declarada una de las mejores playas del mundo. Esta zona costera se ha colado en la lista The 50 Best Beaches, elaborada por los viajeros. Y es que es una de las joyas más espectaculares de las Islas Baleares. De arena blanca, agua cristalina y rodeada de naturaleza, se convierte en una opción ideal para quienes quieren pasar sus vacaciones de verano en España y disfrutar de su increíble litoral.

La belleza de Caló des Moro hace que atraiga a infinidad de turistas nacionales, pero también internacionales, lo que no impide que su entorno natural genere una atmósfera de paz y tranquilidad. De ahí que ofrezca una experiencia única para las personas que quieren alejarse de la masificación y el bullicio de las calas y playas de Mallorca que gozan de mayor popularidad.

La Costa del Sol, la Costa Brava, las Islas Canarias... Son muchas las opciones que se pueden encontrar en un país que destaca por la magnificencia de sus playas, lo que explica que España atraiga a millones de turistas cada verano. La calidad de sus zonas costeras, tanto en la Península Ibérica como en los dos archipiélagos, hacen que estas se cuelen en el ranking de las mejores del mundo, aunque Caló des Moro destaca por encima del resto gracias a su aspecto paradisíaco a orillas del mar Mediterráneo.

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Situada a aproximadamente seis kilómetros del municipio de Santanyí en Mallorca y cerca de Cala Llombards, Caló des Moro es una pequeña cala de unos 40 metros de longitud que destaca por su impresionante entorno natural. Este enclave virgen y aislado es famoso por sus altos y escarpados acantilados cubiertos de vegetación, así como por sus aguas cristalinas que invitan tanto al baño como al buceo.

Acceder a Caló des Moro no es una tarea sencilla. Los visitantes deben realizar una caminata de cerca de un kilómetro desde donde se puede estacionar el vehículo, y luego descender una pendiente pronunciada de 400 metros a través de los acantilados. A pesar de la dificultad para llegar, la cala atrae a numerosos turistas que buscan disfrutar de su arena fina y sus tranquilas aguas mediterráneas.

Al tratarse de un lugar aislado y virgen, Caló des Moro no cuenta con servicios de hostelería ni restauración, por lo que los visitantes deben ir preparados con todo lo necesario. La cala se ha convertido en un destino ideal para los amantes del buceo debido a la claridad de sus aguas, y también es posible llegar a ella utilizando pequeñas embarcaciones.

Aunque cada vez es más popular entre los turistas, la belleza y tranquilidad que ofrece Caló des Moro la convierten en uno de los rincones más apreciados de la isla de Mallorca.

Caló des Moro ofrece una amplia gama de actividades para quienes buscan disfrutar del mar y la naturaleza. La principal atracción de esta playa es su agua cristalina, perfecta para nadar y practicar snorkel. La visibilidad bajo el agua es excepcional, permitiendo a los visitantes explorar las formaciones rocosas y observar una variedad de vida marina, incluyendo peces coloridos y otros habitantes del Mediterráneo.

Para aquellos que prefieren relajarse, Caló des Moro proporciona un entorno sereno ideal para tomar el sol. Se recomienda a los visitantes llevar sus propias toallas y sombrillas, ya que la playa no ofrece servicios de alquiler de estos artículos esenciales.

Los aventureros pueden aprovechar los senderos alrededor de la cala, los cuales conducen a impresionantes miradores en los acantilados cercanos. Estas rutas no son muy exigentes y permiten descubrir más sobre la geología y la flora locales, brindando panoramas increíbles del mar y la costa.

Su entorno natural y sereno hace que Caló des Moro figure entre las playas destacadas de Mallorca. Esta cala ha conservado su carácter virgen y salvaje, diferenciándose de otras más turísticas de la isla. Además, el acceso es limitado, lo que contribuye a su preservación. La ruta hacia la playa es exigente, pero recompensa a quienes buscan una experiencia de descubrimiento en un entorno natural.

La baja afluencia de visitantes y la ausencia de desarrollos turísticos permiten disfrutar de un lugar tranquilo, donde los únicos sonidos son las olas del mar y la brisa mediterránea.