Situados en bonitos pueblos, en imponentes montañas o a la orilla del mar, España cuenta con una amplia variedad de castillos y fortalezas. Nada más y nada menos que alrededor de 10.000 son las que se pueden encontrar en el territorio español, conformando un legado cultural e histórico inimaginable. Gracias al buen estado de conservación de gran parte de estas construcciones, sus puertas están abiertas al público, el cual puede vivir un auténtico viaje al pasado al adentrarse dentro de sus murallas y habitaciones.
En este sentido, el castillo de Salobreña, situado en Granada, se alza como uno de los más impresionantes de la provincia. Se trata de una fortaleza costera encaramada sobre un cerro y dominando el paisaje costero de la costa tropical andaluza, lo que brinda desde lo alto de sus torres unas maravillosas vistas. Este elegante testimonio arquitectónico tiene sus raíces en la época de dominación musulmana, aunque fue modificado y restaurado en varias ocasiones a lo largo de los siglos.
Castillo, prisión real y atractivo turístico
La ubicación estratégica de Salobreña ha sido fundamental desde sus primeros asentamientos humanos, favoreciendo la construcción de estructuras defensivas. Durante el período de al-Ándalus, el castillo cumplió una función primordial como punto de vigilancia y defensa frente a incursiones enemigas. Fue en el siglo XI cuando los gobernantes ziríes erigieron esta fortificación para proteger la región de ataques cristianos. Sin embargo, durante el periodo nazarí, la fortaleza llegó a albergar un palacio real, el cual sería utilizado también como prisión real.
“Según las crónicas, varios fueron los monarcas que padecieron prisión entre sus muros: Yusuf III, Muhammad VIII el Pequeño, Muhammad IX el Zurdo, Abu Nasr Sad y Muley Hacén”, explican desde su portal web. La estructura que hoy se contempla ha experimentado diversas transformaciones, particularmente durante la Reconquista y los posteriores siglos de dominación cristiana. Así, con la reconquista cristiana de Granada en 1492, el castillo de Salobreña pasó a manos de los Reyes Católicos.
Durante este período, la fortificación experimentó nuevas modificaciones que la adaptaron a los requerimientos militares de la época. A pesar de que la estructura principal se ha mantenido, el paso del tiempo y los cambios en las técnicas de guerra han dejado su huella en el castillo. De este modo, se puede contemplar una arquitectura militar compuesta por murallas, torres y un patio de armas que se distribuyen en torno a tres recintos diferenciados. El recinto interior, de planta triangular, se corresponde con la alcazaba o alcázar nazarí y está marcado por cuatro torres: la Torre del Homenaje, la Torre Nueva, la Torre del Polvorín y la Torre Vieja.
Los otros dos recintos, estrictamente defensivos, fueron construidos por los cristianos a finales del siglo XV. Uno de ellos protege el frente este y sudeste, mientras que el otro resguarda el frente norte. En este último se encuentran la torre de acceso y la barrera exterior, flanqueada por dos torres más: El Cubo, de planta elíptica, y La Batería, de planta pentagonal. Finalmente, la Coracha, un sistema defensivo que asegura una toma de agua, incluye en sus extremos la Torre del Agua y la Torre de la Coracha o el Baluarte.
Cómo visitarlo: horario y precios
Desde la página web de la fortaleza señalan que el castillo abre sus puertas todos los días de 10:00 h a 13:00 h y de 17:30 h a 19:30 h. En cuanto al precio, la tarifa general tiene un coste de 4 €, mientras que para los menores de 12 años la entrada es gratuita. Igualmente, cuenta con diversos días de jornadas abiertas donde la entrada es gratuita para todo el público. Estos son:
- Día de Andalucía (28 de febrero).
- Día Internacional de los Monumentos y Sitios (18 de abril).
- Día Internacional Museos (18 de mayo).
- Día Mundial Turismo (27 de septiembre).
- Día Internacional del Patrimonio Mundial de la UNESCO (16 de noviembre).
Cómo llegar
Desde Granada, el viaje es de alrededor de 50 minutos por la carretera A-44. Por su parte, desde Málaga el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 25 minutos por la vía A-7.