Seguramente todos hemos escuchado hablar acerca del Quijote de la Mancha, el ingenioso caballero al que Miguel de Cervantes dio vida a comienzos del siglo XVII. Su historia ha trascendido con el paso de los años, siendo aún en la actualidad un personaje muy bien conocido por todos. No obstante, no solo ha trascendido en el tiempo, sino que también ha sobrepasado fronteras. Más allá de nuestro país, el Quijote se ha convertido en una de las mayores figuras españolas a nivel internacional.
Esto ha provocado la aparición tanto de merchandising como de productos audiovisuales y artísticos relacionados con el famoso hidalgo. Uno de ellos, lo encontramos en Quintanar de la Orden, un pueblo toledano de 11.000 habitantes, que cuenta con la pintura del Quijote más grande de todo el mundo.
Cómo se llevó a cabo la pintura
La localidad castellanomanchega recibió al artista chileno Inti Castro para llevar a cabo esta magnífica pintura en la fachada del segundo edificio con mayor altura del pueblo, junto al ayuntamiento y a la parroquia. Para ello, y gracias a la iniciativa Construir Un Lugar Mejor, recaudaron un total de 11.225 euros mediante un crowfunding con el objetivo de regenerar entornos urbanos deprimidos. Por otro lado, Inti no fue el único artista que llevó a cabo el lienzo, ya que contó con la ayuda de Antonio Laguna, reconocido pintor manchego. La obra se realizó en el año 2014, teniendo una duración de 8 días que dejarían en lo alto al pueblo quintanareño.
Asimismo, para la realización de la pintura ambos artistas se dividieron el trabajo. Mientras que Inti cumplió con el boceto previo de la obra, Antonio Laguna se dedicó a trasladarlo al propio edificio. Para ello, se requirió de una grúa de 40 metros de altura, que sostenía al artista.
Una pintura irrepetible y con mucho significado
Además, se trata de una pintura con un gran trasfondo. En la pared contigua del mismo edificio, años atrás se realizó una pintura similar pero, en este caso, de la figura de Dulcinea del Toboso, la amante del Quijote. Esta obra fue realizada por Milu Correch, una muralista argentina, y, de esta forma, una pintura complementa a la otra.
Por otra parte, se nos muestra una versión muy diferente a la que suele ser habitual en El Quijote. El aclamado personaje aparece con gran parte de la cara tapada por un pañuelo blanco, y con una inscripción, a día de hoy difuminada, del 15-M, referenciando a la manifestación del 15 de mayo de 2011 conocida como el “movimiento de los indignados”. Finalmente, en la pintura también se puede observar al Quijote con la mano en el pecho, un corazón atravesado por una espada y un caballo blanco con una llave en la frente.
Igualmente, como menciona Construir un lugar mejor, uno de los objetivos del proyecto fue el de difundir la pintura callejera (también conocida como Street Art). De esta forma, consiguen despertar el interés de este tipo de prácticas artísticas, así como facilitar la llegada del arte a la ciudadanía al no tener que acudir voluntariamente a museos y exposiciones para disfrutar de las pinturas.