Las mejores piscinas naturales de Burgos: pequeños oasis entre cascadas

Unos enclaves maravillosos para hacer frente a las altas temperaturas

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Cascada de Pedrosa de Tobalina ( Shutterstock España)
Cascada de Pedrosa de Tobalina ( Shutterstock España)

No es necesario viajar hasta la costa para disfrutar del verano. Hay quienes prefieren sumergirse en el interior de la península y hacer turismo de naturaleza, entre bosques, parque naturales y ríos. Pero ello no implica que haya que renunciar a un buen baño para combatir las altas temperaturas de la época estival. España y sus provincias del interior cuentan con numerosos enclaves en los que refrescarse a la vez que se disfruta del maravilloso paisaje. Entre esos lugares se encuentra Burgos, que sorprende con su amplia gama de piscinas naturales, donde el agua y el entorno se fusionan creando pequeños oasis.

La cascada de Tobalina

Cascada de Pedrosa de Tobalina ( Shutterstock España)
Cascada de Pedrosa de Tobalina ( Shutterstock España)

La cascada del Peñón o cascada de Tobalina es uno de los grandes espectáculos paisajísticos que va dejando el río Jerea a su paso por Las Merindades. Su principal reclamo es el salto de agua de más de 20 metros de altura y la piscina natural de unos 100 metros de longitud. Justo a su lado está situado el mirador de la cascada de la Tobalina, desde donde se pueden disfrutar de las mejores panorámicas de este monumento de la naturaleza.

Parque del Soto

A orillas del río Nela, encontramos el complejo del parque de El Soto, un gran espacio donde relajarse, disfrutar de los saltos de agua, zonas de baño naturales, jardines y zonas verdes. Esta piscina natural, a escasos metros de la Plaza Mayor de Villarcayo, antes era un lugar de pasto para el granado y ahora, uno de los puntos más concurridos llegado el verano. Cuenta con acacias y chopos en torno al cauce del río donde poder cobijarse de la sombra y echarse una siestita veraniega.

Playa del embalse del Ebro

Playa del embalse del Ebro (Shutterstock España)
Playa del embalse del Ebro (Shutterstock España)

Semejante a un mar en miniatura, el embalse del Ebro en Arija ofrece la posibilidad de vivir la experiencia de playa sin salir de la provincia. Aunque no se puedan encontrar olas, sí que se puede disfrutar de unas aguas cristalinas como si de la Costa Blanca se tratase. Al ser una zona turística cuenta con empresas en las que se pueden alquilar piraguas, barcos a motor o actividades acuáticas.

Pantano de Arlanzón

Pantano de Arlanzón (Shutterstock España)
Pantano de Arlanzón (Shutterstock España)

Por su tamaño, es uno de los pantanos más pequeños de la cuenca del Duero. Cuenta con 127 hectáreas y 15 kilómetros de costa, lo que hace de este espacio un lugar ideal para pasar el día con la familia o amigos. Dentro de sus aguas están permitidas casi todas las actividades deportivas, a excepción de la navegación a motor. Es también un lugar idílico para los amantes de la pesca.

Embalse de Uzquiza

El de Úzquiza es uno de los embalses más modernos de la cuenca del Duero y presenta, además, una peculiaridad que le hace distinto de otros embalses: su presa. Se trata de una presa de las llamadas “de materiales sueltos”, lo que significa que se ha construido con tierras seleccionadas, sin utilizar apenas hormigón. Rodeado de naturaleza, está menos concurrido que el de Arlanzón y su zona de baño está delimitada con boyas.

Este sistema kárstico es uno de los más extensos de España y sus alrededores permiten disfrutar de infinidad de rutas de senderismo
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