La travesía milenaria de Jordania, que aparece en la Biblia, y recorre todos los monumentos y ciudades históricas del país

Esta carretera recorre el pasado de Jordania en busca de su historia y cultura a través de lugares tan emblemáticos como Petra o Madaba

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La travesía milenaria de Jordania, que aparece en la Biblia, y recorre todos los monumentos y ciudades históricas del país.

Jordania es un destino que hay que visitar una vez en la vida. Desde la majestuosa ciudad de Petra, tallada en roca rosada y considerada una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, hasta el cautivador desierto de Wadi Rum, con sus dunas rojas y formaciones rocosas que evocan paisajes marcianos, este país de Oriente Medio deslumbra con su riqueza histórica y natural. Ofrece a los visitantes una mezcla única de antiguos tesoros y paisajes impresionantes, a la vez que una experiencia multicultural impresionante.

De este modo, existen muchas formas de disfrutar de este maravilloso país, pero solo una hace una travesía por su historia y orígenes, descubriendo a cada paso la verdadera esencia del destino. Este es el caso de la autopista 35, una carretera que atraviesa Jordania que, a priori, puede que no tenga nada de espacial, pero hace miles de años fue unas de las travesías mercantiles más importantes de Oriente Medio. Se la conoce como la Carretera del Rey y su nombre se debe a relato bíblico en el que Moisés solicita permiso para cruzarla tras liberar a los israelitas de Egipto.

Este histórico sendero no solo tiene relevancia religiosa, sino que también permite a los viajeros adentrarse en la rica historia de Jordania, conectando una serie de sitios históricos significativos. A lo largo de su recorrido, se encuentra la ciudad de Madaba, famosa por sus mosaicos bizantinos, y el Monte Nebo, desde donde Moisés avistó la Tierra Prometida. Además, el Camino del Rey atraviesa fortalezas cruzadas, castillos del desierto y antiguos asentamientos nabateos, ofreciendo una excepcional ventana al pasado del país y permitiendo experimentar la profunda conexión de Jordania con su patrimonio cultural y religioso.

Una travesía milenaria

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La carretera del Rey, en Jordania (Shutterstock).

En la actualidad, el Camino del Rey se encuentra completamente pavimentado, facilitando el tránsito a lo largo de su histórico recorrido. Sin embargo, no siempre fue así. Esta ruta se extiende hacia el sur desde Amán, bordeando el río Jordán y ofreciendo vistas a ruinas romanas, mosaicos bizantinos y castillos cruzados, para culminar en la emblemática ciudad de Petra, cuya historia se remonta a miles de años.

Un experto del medio británico BBC destaca que existen evidencias arqueológicas de las diversas civilizaciones que han dejado su huella en esta ruta, incluyendo los edomitas, nabateos, romanos, bizantinos e islámicos. Esto sugiere que el Camino del Rey ha sido utilizado de manera continua desde al menos el siglo VIII a.C. Este sendero fue crucial como ruta comercial que conectaba Arabia, la Media Luna Fértil, el Mar Rojo y Egipto, permitiendo el traslado de caravanas que transportaban incienso y especias desde Arabia hasta la próspera capital nabatea de Petra.

Durante siglos, el Camino del Rey también se convirtió en una importante travesía de peregrinación. Los cristianos lo utilizaban para visitar lugares bíblicos como el Gólgota, sitio de la crucifixión de Jesús, mientras que musulmanes viajaban a través de este camino en su peregrinación hacia La Meca. Esta ruta no solo facilita la conexión entre distintos pueblos y culturas, sino que también ofrece una ventana única a la historia y el patrimonio religioso de la región.

Los puntos más destacados

Yacimiento arqueológico de Umm ar-Rasas,
Yacimiento arqueológico de Umm ar-Rasas, en Jordania (Shutterstock).

El recorrido del Camino del Rey a día de hoy es más corto que el original, pero aún pasa por los puntos históricos más relevantes de Jordania. Uno de estos lugares es la antigua ciudad de Madaba, famosa a nivel mundial por su extraordinaria colección de mosaicos bizantinos. El más destacado se encuentra en la iglesia ortodoxa de San Jorge y data del siglo VI. Además, es considerado el mapa más antiguo de Tierra Santa que se conserva, mostrando varios sitios conectados por la Carretera del Rey.

A solo nueve kilómetros de Madaba se encuentra el Monte Nebo, consagrado como el lugar desde donde Moisés presenció por primera vez la Tierra Prometida y donde, según se cree, murió y fue enterrado. Continuando el viaje, llegamos al yacimiento arqueológico de Umm ar-Rasas, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Aunque no se sitúe directamente en el Camino del Rey, es un destino esencial, accesible desviándose solo 15 kilómetros desde la ciudad de Dhiban. Este sitio ofrece vistas espectaculares de ruinas romanas, bizantinas e islámicas, con orígenes que datan del siglo V.

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Castillo de Al Karak, en Jordania (Shutterstock).

A su vez, siguiendo esta ruta de tesoros históricos, encontramos la ciudad de Al Karak. Aquí, el impresionante castillo de Al Karak, construido en 1142 y reconquistado por los musulmanes en 1188, se erige como una de las fortalezas cruzadas más grandes y mejor conservadas de Oriente Medio. Continuando hacia el sur, se atraviesa la Reserva de la Biosfera de Dana, la región protegida más grande y diversa de Jordania, antes de alcanzar el destino final: la antigua ciudad de Petra.

Petra es el broche de oro a una travesía por los tesoros de Jordania. Declarada una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, Petra ofrece un espectáculo imponente con su esplendor y belleza inigualables. En su época, esta ciudad fue un importante centro mercantil en la encrucijada de antiguos imperios y rutas comerciales. Este legado perdura hoy en día en forma de turismo, atrayendo a miles de viajeros anualmente para contemplar sus más de 2.000 templos, tumbas y altares, tallados en los imponentes muros naturales de sus cañones.

Petra,en Jordania (Shutterstock).
Petra,en Jordania (Shutterstock).

La ruta del norte

Los lugares mencionados anteriormente siguen el recorrido sur de la travesía, desde Amán hasta Petra. Sin embargo, hacia el norte se encuentra la ciudad de Jerash, un destino que alberga algunos de los templos grecorromanos mejor conservados fuera de Italia. En estrecho vínculo con la antigüedad clásica, Jerash rinde culto a dioses como Zeus, Artemisa y Dionisio. Destaca especialmente el imponente Arco de Adriano, una estructura monumental erigida en honor al emperador romano que lleva su nombre.

Igualmente, pasar unos días en Amán, la capital de Jordania, permite apreciar el contraste entre el pasado y el presente. En esta ciudad, los teatros romanos y ruinas arqueológicas se entrelazan con la vitalidad moderna y el vibrante ambiente que ofrece la Calle Arcoíris.

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Arco de Adriano en las ruinas romanas de Jerash, Jordania (Shutterstock).

Amán está llena de historia con la Ciudadela y el Templo de Hércules, mientras que también brinda una oferta contemporánea de cafés, tiendas, y restaurantes que reflejan una mezcla de culturas y estilos de vida. Además, cerca de la capital, el visitante puede explorar lugares fascinantes como el Palacio de Qaṣr Al-Kharanah y el Palacio de Qusayr ʿAmra, ambos ejemplos notables de la arquitectura islámica del desierto.

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