El castillo del siglo X situado sobre una colina a orillas del Danubio que es uno de los más bonitos de Europa

La fortaleza ha sufrido varias ampliaciones y restauraciones a lo largo de su historia y a día de hoy alberga el museo Nacional y el museo de Historia

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Castillo de Bratislava, en Eslovaquia (Shutterstock).
Castillo de Bratislava, en Eslovaquia (Shutterstock).

En el corazón de Europa, Bratislava se alza como una de las joyas ocultas del continente. La capital eslovaca se enclava a orillas del Danubio y brinda al viajero la combinación perfecta de historia, cultura y modernidad. L a vibrante escena cultural y la rica oferta gastronómica convierten a la ciudad en un destino imperdible para quienes buscan una experiencia auténtica y enriquecedora. Aunque si algo destaca es su casco antiguo, que con calles empedradas y edificios medievales, invita a los visitantes a recorrer sus plazas pintorescas y descubrir sus monumentos emblemáticos, como la catedral de San Martín y el castillo de Bratislava.

La fortaleza es, sin duda, la construcción más significativa de la ciudad. Su estructura imponente y su rica historia atraen a miles de visitantes cada año, convirtiéndolo en un símbolo de la herencia cultural y nacional de Eslovaquia. Esta domina toda la capital gracias a su situación privilegiada, pues se incrusta a casi 100 metros de altura en una colina rocosa sobre el Danubio. Esto permite disfrutar de unas maravillosas vistas de toda la ciudad, así como de parte de Austria e incluso en los días claros se llega a ver Hungría

Un baluarte defensivo sobre el Danubio

Los primeros asentamientos en la colina del castillo pueden rastrearse hasta la Edad de Piedra y posteriormente ha sido habitada por celtas, romanos y eslavos. Sin embargo, la referencia documentada más antigua del castillo data del siglo X, periodo en el que se levantó la primera fortaleza por parte de los bávaros, para caer en siglo siguiente en manos del Reino de Hungría. En los siglos posteriores el castillo se reforma varias veces tras los sucesivos ataques sufridos en sucesivas guerras y en algunos periodos sería habitado por los monarcas húngaros.

De hecho, durante el siglo XV, el castillo se transformó en una fortaleza gótica bajo el rey Segismundo de Luxemburgo, quien ordenó la construcción de nuevas murallas y torres para proteger la residencia real y sus tesoros. Un siglo después, la amenaza otomana llevó a otra transformación significativa del castillo. Se reforzaron las defensas y se adaptaron las estructuras al estilo renacentista, haciéndolo más resistente a los ataques enemigos.

Castillo de Bratislava, en Eslovaquia (Shutterstock).
Castillo de Bratislava, en Eslovaquia (Shutterstock).

Aunque fue en el siglo XVIII, cuando la fortaleza vivió su momento de mayor esplendor, especialmente bajo el reinado de la emperatriz María Teresa de Austria. Se llevaron a cabo reformas de gran escala, y el castillo se transformó en un centro de la vida política y social. De esta época es la estructura actual de la fortaleza, la cual se caracteriza por su forma cúbica y las cuatro torres que flanquean cada una de las esquinas.

Sin embargo, el destino del castillo cambió dramáticamente en 1811, cuando un incendio devastador dejó el edificio en ruinas. Durante gran parte del siglo XIX y el XX, el castillo permaneció en estado de abandono, hasta que las restauraciones comenzaron en la década de 1950. Hoy en día, el castillo de Bratislava ha sido restaurado a su antigua gloria, combinando elementos históricos con sus nuevas funciones, pues el edificio alberga importantes colecciones del Museo Nacional Eslovaco, así como del Museo de Historia.

Cómo visitarlo: horario y precios

Desde la página web de la fortaleza indican que su recinto está abierto todos los días de 08:00 h a 20:00 h. Por su parte, el museo abre sus puertas todos los días, excepto los martes de 10:00 h a 18:00 h, siendo la última entrada a las 17 h. Por su parte, la entrada al recinto del castillo tiene un coste de 14 €, siendo gratis si se cuenta con la Bratislava CARD.

El impresionante castillo medieval enclavado a 800 metros de altura que es uno de los más grandes de Francia.
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