En el corazón de Girona, en mitad de un paisaje que parece sacado de un cuento, se encuentra uno de los rincones más mágicos de toda Cataluña. En este lugar, una bonita poza natural emerge después de que las aguas de una pequeña cascada caigan entre los árboles y las rocas del pueblo de Sant Joan de les Abadesses. De hecho, esta localidad destaca por su riqueza natural, pues se sitúa en la confluencia del río Ter y la riera de Arçamana, entre Camprodón y Ripoll.
Tanto es así, que el Gorg de Malatosca es uno de los secretos mejor guardados de esta villa y de la comarca del Ripollès. Este monumento natural recibe el nombre del afluente del río Ter y del valle que lo conforma y constituye un lugar mágico rodeado de una frondosa vegetación. De hecho, alrededor de sus aguas emerge una leyenda que aumenta aún más su interés.
La reunión de las brujas
Además de su atractivo visual, el Gorg de Malatosca es conocido por la leyenda que envuelve su historia, una leyenda relacionada con brujas y seres mágicos. Según la tradición, este lugar era un refugio para seres mágicos y un punto de encuentro para las brujas que realizaban sus rituales en sus alrededores. La leyenda más conocida cuenta la historia de una de estas brujas que, estando a punto de dar a luz, solicitó la ayuda de una comadrona. Como pago por sus servicios, la hechicera le entregó a la partera un puñado de lentejas.
Descontenta con la recompensa, la comadrona arrojó las lentejas al fondo del río Ter. Sin embargo, al día siguiente, descubrió con sorpresa que una de las lentejas se había quedado pegada a su delantal y se había convertido en oro. Esta historia ha otorgado al Gorg de Malatosca un aire místico y legendario, tanto que el lugar también es conocido como el Gorg de les Bruixes. La leyenda no solo enriquece el atractivo del sitio, sino que también añade una dimensión cultural e histórica que lo convierte en un destino fascinante tanto para los amantes de la naturaleza como para aquellos interesados en el folclore y las historias locales.
La ruta del Hierro y el Carbón
Cómo no podía ser de otra forma, la mejor manera de contemplar la majestuosidad de este enclave es a través de una ruta. Este sendero, conocido como la Ruta del Hierro y el Carbón, tiene su punto de inicio en la antigua estación de tren de Sant Joan de les Abadesses, una vía verde que a lo largo de sus de 18 kilómetros conecta este punto con el pueblo de Ripoll. El camino avanza suavemente entre los prados verdes del valle de Malatosca, siguiendo la carretera de Ogassa.
El itinerario, con un trazado zigzagueante, desciende levemente, manteniendo siempre un nivel de dificultad accesible tanto para caminantes como para ciclistas. A lo largo del recorrido, el paisaje ofrece vistas pintorescas de la naturaleza circundante, destacando la serenidad del valle y la frescura de sus campos. No pasa mucho tiempo antes de encontrar los rótulos de madera que señalan el paraje de la poza natural, conocida por su belleza y singularidad.
Este destino se puede alcanzar en una excursión de poco más de 30 minutos, que incluye la ida y la vuelta, a partir del kilómetro nueve de la vía verde. La ruta total abarca aproximadamente 3 kilómetros y cruza un par de puentes sobre el río Ter, añadiendo al trayecto el atractivo de las vistas fluviales.
Cómo llegar a Sant Joan de les Abadesses
Desde Girona, el viaje es de alrededor de 1 hora y 10 minutos por las carreteras C-66 y N-260. Por su parte, desde Vic el trayecto tiene una duración estimada de 45 minutos por la carretera C-17.