En muchas ocasiones viajamos a otros países en busca de aventuras, conocer otras gastronomías, otras culturas o ver nuevos paisajes. Aunque, a veces, no nos damos cuenta de que aquello que nos maravilla de otras naciones, lo tenemos entre nuestras fronteras. Por ejemplo, no será necesario coger un avión hasta Italia para disfrutar de bonitos canales, ya que, Navarra cuenta con su propia Venecia.
El río Bidasoa atraviesa el paisaje silencioso de Lesaka, creando a su paso una veintena de canales que recorren sus calles y que aseguraban antiguamente el suministro de agua. Esta encantadora villa medieval está ubicada al norte de la Comunidad Foral, en la comarca de Cinco Villas - Bortziriak. Es el mismo río el que marca las fronteras del pueblo: limita al norte con Irún y Bera, al este con Etxalar, al sur con Igantzi, Arantza y Artikutza y al oeste con Oiartzun.
La pequeña Venecia en medio de los Pirineos
En el corazón del Pirineo navarro, rodeada de montañas de bosques de hayas y castaños y tapizada por los verdes prados, Lesaka se alza como uno de los pocos industriales más importantes de la zona. Sin embargo, no ha perdido la esencia del pueblo eminentemente rural y ganadero que fue algún día. Aún conserva ese encanto y algunas construcciones como ferrerías, molinos harineros, talleres de fabricación de sidra o carpinterías que datan del siglo XVIII. Unas actividades que fueron fuentes de riqueza para el municipio, tal y como se refleja en sus elegantes construcciones.
El casco antiguo de Lesaka es un conjunto de calles estrechas y empedradas que destaca por sus baserris (caseríos) con coloridas contraventanas de madera, su monumental iglesia y sus numerosos puentes antiguos de piedra. Este pueblo invita a perderse por sus serpenteantes rúas mientras se van descubriendo sus joyas. En la plaza de Zaharra nos topamos con varias casas señoriales de los siglos XVI y XVII y el Ayuntamiento en un edificio barroco sobre soportales.
Uno de los edificios más importantes de la localidad es la torre Zabaleta, que es conocida por su arquitectura y su torre del homenaje. A lo largo del paseo, se van descubriendo infinitas casas-torre. La más antigua, y quizás la que más historia albergue, es la de Minyurinea, del siglo XIV, de planta rectangular y construida en piedra, formaba parte del sistema defensivo de Lesaka, hoy en día es una de las imágenes más características del pueblo.
Un paraíso natural
Lesaka está conectada con la Vía Verde del Bidasoa, un corredor natural que se extiende entre Irún y Elizondo. Este trayecto, que discurre a orillas del río, se caracteriza por ser sencillo y tener mínimos desniveles. El recorrido ofrece unas vistas espectaculares y se puede hacer a pie o en bicicleta.
El Señorío de Bertiz (el primer parque natural de Navarra) es también una parada obligatoria. Cuenta con uno de los mejores bosques caducifolios de la península ibérica, que ofrece una experiencia única a los amantes de la naturaleza. Hay senderos señalizados para todos los gustos y niveles de dificultad.
Cómo llegar
Para llegar a Lesaka de San Sebastián habrá que coger la N-121-A y la AP-8 y tras 38,3 kilómetros (unos 36 minutos) habremos llegado al destino. En el caso de querer acudir desde Pamplona, habrá que coger también la N-121-A pero, el trayecto será más largo, de 63,8 kilómetros (unos 58 minutos).