El impresionante desfiladero con paredes de más de 100 metros de altura que es uno de los paraísos naturales de Europa

Este enclave es una de las primeras atracciones naturales de Eslovenia gracias a sus puentes y pasarelas de madera, los cuales permiten a los viajeros recorrer sus entrañas

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Este enclave es una de las primeras atracciones naturales de Eslovenia gracias a sus puentes y pasarelas de madera, los cuales permiten a los viajeros recorrer sus entrañas

Bled es uno de los rincones más mágicos de Europa. Esta isla, situada en el corazón de Eslovenia, atrae a infinidad de viajeros gracias a sus encantos únicos, pues se incrusta en la mitad de un lago rodeado de grandes montañas y una exuberante vegetación. Tanto es así, que muy próximo a este lugar, se encuentra uno de los tesoros naturales del país: la garganta de Vintgar, un profundo desfiladero de más de un kilómetro y medio de longitud que es la puerta de entrada al Parque Nacional de Triglav.

El río Radovna ha sido el encargado de moldear este monumento natural a lo largo de miles de años, dando lugar a un paisaje que destaca por su majestuosidad dentro de los Alpes Julianos. El desfiladero está formado por paredes de hasta 100 metros de altura, que se elevan de manera impresionante sobre el río que fluye a lo largo de su base. Pero esto no es todo, pues el enclave está salpicado por hermosas cascadas y piscinas naturales, aumentando, más si cabe, el encanto del lugar.

Pasarelas y puentes incrustados en la roca

El descubrimiento de la garganta de Vintgar se atribuye a Jakob Žumer, el alcalde de Gorje, y a Benedikt Lergetporer, un fotógrafo cartógrafo, quienes exploraron el área en 1891. Su hallazgo despertó un interés significativo en la región, lo que llevó a la construcción de senderos y puentes de madera que permiten a los visitantes recorrer la garganta de manera segura. En 1893, la garganta se abrió oficialmente al público, convirtiéndose en una de las primeras atracciones naturales de Eslovenia.

Garganta de Vintgar, en Eslovenia (Shutterstock).
Garganta de Vintgar, en Eslovenia (Shutterstock).

Gracias a ello, a día de hoy se puede disfrutar de un bello sendero que no deja indiferente a nadie. Este recorrido es toda una experiencia para los sentidos, pues a lo largo de 1,6 kilómetros de longitud, el viajero podrá contemplar como las paredes, con una profundidad de hasta 250 metros, abrigan este enclave. Todo ello a través de puentes y pasarelas de madera fortificados incrustados en la roca viva y con el río como fiel acompañante. Al final de la garganta, se encuentra uno de los puntos más destacados del recorrido: la cascada Šum.

Se trata de uno de los saltos de agua más grandes del río, que cae desde una altura de 13 metros, produciendo un estruendo que resuena por todo el desfiladero. La flora y fauna de la garganta de Vintgar también son dignas de mención. Los bosques que rodean el desfiladero están compuestos principalmente por hayas y abetos, creando un entorno verde y fresco incluso durante los meses más calurosos del verano. Entre los animales que habitan la zona se encuentran aves como el mirlo acuático y el martinete, así como diversas especies de peces que nadan en las aguas cristalinas del río Radovna.

Un acceso restringido

Para preservar el valor natural y medioambiental de este enclave, las autoridades locales han establecido un control de aforo por medio de entradas y horarios. Así, para disfrutar de la garganta de Vintgar, es necesario pagar una tarifa de 10 € para los adultos y de 5 € para los niños de 3 a 15 años. Además, se permite el acceso con mascotas por un importe de 3 €. También existe la posibilidad de realizar visitas guiadas por un precio de 28 € y de 15 € para los niños. Estas son en inglés de lunes a viernes a las 16:00 h y en esloveno los sábados y domingos a la misma hora.

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