La “Ibiza” de Alicante, un pequeño paraíso de arenas finas y aguas azuladas y refugio de artistas

Jávea es uno de esos destinos que enamora por su belleza, su luz y sus colores. Este pintoresco municipio alicantino es uno de los pueblos más bonitos de la Costa Blanca. Sus playas, sus calas, su casco urbano y su gastronomía son los ingredientes perfectos para que cada vez más personas caigan rendidas a sus encantos.

Las vistas al mar, el brillo del sol, el ruido del Mediterráneo rugiendo y el roce de la brisa marina son habituales en la Costa Blanca. Pero, ¿qué hace de Jávea un lugar tan especial? Esta tierra que conquistó e inspiró a Sorolla desprende un haz que hará que el visitante no pueda dejar de mirar las vibrantes aguas turquesas de su costa ni su entorno natural, liderado por el Parque Natural El Montgó.

Si pensamos en Ibiza enseguida visualizamos calas rocosas pequeñas salpicadas de un mar turquesa, un clima agradable, una panorámica de postal y una gastronomía con la que se nos hace la boca agua. Sin embargo, se hace inevitable mencionar la masificación de la isla, aún más llegada la época estival. Jávea, por su parte, cuenta con todas las cualidades mencionadas anteriormente, sin ese gentío tan agobiante. Uno de sus mayores atractivos son esas playas en las que descansar, relajarse y disfrutar de la vida mediterránea.

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Cala Granadella

Considerada como una de las calas más bonitas de todo el territorio español, Cala Granadella, es una de las paradas obligatorias en la visita a Jávea. Un arenal de escasos 160 metros de longitud de aguas cristalinas que se presenta como uno de los mejores enclaves para la práctica de snorkel o buceo.

Cala Sardinera

Una pequeña playa virgen de 200 metros de largo compuesta por grava y bolos, se encuentra en la vertiente norte del Cap Prim o de Sant Martí. Recibe ese homónimo porque antiguamente era el mejor sitio para los sardinales.

Cala de Portitxol

Situada al noroeste del municipio, la Cala de Portitxol o Cala de la Barraca es una de las más populares de Xábia (sin duda la que más veces aparece en Instagram). Ubicada en una ensenada que discurre del Cap Prim hasta el Cap Negre, es una zona repleta de impresionantes acantilados cubiertos de vegetación mediterránea. Una playa de grava, bolos y roca que sorprende por el azul profundo de sus aguas. Otro de sus encantos son las casas blancas de pescadores que se asoman en su orilla.

El Parque Natural del Montgó reparte su superficie entre los municipios de Jávea y Denia. Un espacio que permite conocer un gran número de paisajes, desde los fondos marinos y las calas, hasta los acantilados repletos de vida. Además, cuenta con la posibilidad de realizar numerosas actividades, entre las que destacan, las preciosas rutas de senderismo, donde el aventurero podrá toparse con ermitas, miradores fantásticos, molinos de viento, inscripciones romanas o pequeñas playas de agua transparente.

El gran pintor valenciano Joaquín Sorolla y Bastida (1863 – 1923) conoció Xàbia por primera vez el 7 de octubre de 1896, buscando inspiración en los bancales con plantaciones de viñas para poder realizar unos paneles con temática del trabajo de la uva que le habían encargado. Al llegar a la localidad, se encontró con un paisaje en el que contrastaban los colores del mar y la montaña, el agua cristalina y a la luz brillante. Unas primeras impresiones que quiso dejar grabadas en un telegrama: “Jávea sublime, inmensa, lo mejor que conozco para pintar. Supera a todo. Estaré algunos días. Estuvieras tú dos meses. Joaquín”. En total, el valenciano pintó 136 pinturas y más de 200 dibujos mostrando la panorámica xabiera.

Para llegar a Jávea desde Valencia tendremos que coger la AP-7 y recorrer unos 111 kilómetros, un trayecto que nos llevará 1 hora y 16 minutos.