Más allá de sus impresionantes y turísticas playas, Valencia cuenta con un hermoso interior donde bellos pueblos y parajes de ensueño inundan el territorio. Así, son muchos los secretos que esconde, los cuales se pueden descubrir gracias a la cantidad de senderos que la recorren. De este modo, en el corazón del Paraje Natural Municipal Los Calderones hay un entorno formado por las hoces del río Turia, que, a su paso por la localidad de Chulilla, ha creado una espectacular garganta. Es uno de los rincones más singulares de la región.
Estamos hablando del charco azul de Chulilla, un pequeño embalse situado en el curso del río Turia e incrustado entre paredes verticales de más de 80 metros de altura. Cuenta con numerosas rutas de senderismo para llegar hasta él. Una de las más famosas es la conocida como ruta de los Pantaneros de Chulilla, un sendero de vértigo que discurre por puentes colgantes.
El charco azul de Chulilla
Entre estrechos desfiladeros y paredes rocosas, el charco azul de Chulilla emerge como uno de los destinos más especiales de Valencia. Su imagen de postal y su paisaje de gran belleza atraen cada verano a infinidad de viajeros que buscan disfrutar de un entorno natural excepcional a tan solo 50 minutos de Valencia. Cabe destacar que tal y como señala la web Valencia Secreta, el baño está permitido y en el lado derecho del espacio se ubica una pasarela de madera algo insegura, por lo que se recomienda no atravesarla.
Igualmente, para llegar la piscina natural se pueden hacer multitud de rutas de senderismo. La de los Pantaneros de Chulilla es de las más impresionantes, pero también existen otras más cortas y sencillas que permiten acercarse hasta la balsa de madera situada en el centro de la poza. Así, uno de estos senderos comienza en el mismo pueblo de Chulilla y recorre un camino de aproximadamente tres kilómetros, adecuado para senderistas de todos los niveles. A lo largo del camino, se pueden observar diversas formaciones geológicas y una rica vegetación autóctona.
La ruta de los Pantaneros de Chulilla
Este sendero tiene una longitud de alrededor de 10 kilómetros en sentido circular y una duración de tres horas aproximadamente. Además, se necesita cierta condición física, por lo que es recomendable llevar abundante agua y ropa cómoda y cuenta con un desnivel positivo de más de 300 metros y se le considera de dificultad media. Su punto de partida se encuentra en el casco urbano de Chulilla, donde se podrá dejar estacionado el vehículo en las zonas habilitadas.
Cruzando la localidad de Chulilla, se llega al margen del río Turia, desde donde se inicia una caminata hacia dos miradores destacados: el mirador de Compuertas, con vistas al embalse, y el mirador de la Carrucha, que ofrece una panorámica del Charco Azul y el Salto. Continuando el recorrido, se encuentra una pequeña cascada antes de adentrarse en los Calderones, una profunda garganta creada por el río con paredes de más de 80 metros de altura.
En este punto, comienza la parte más espectacular de la ruta, ya que el sendero bordea el desfiladero y cruza de un lado a otro mediante dos puentes colgantes. El primer puente, con una altura de 15 metros y una longitud de 20 metros, y el segundo, a 5 metros de altura y 28 metros de longitud, ofrecen una experiencia emocionante, aunque pueden causar vértigo en algunos visitantes.
Después de cruzar las pasarelas, el camino se adentra en diferentes ambientes naturales, como el bosque de ribera y el matorral mediterráneo. Este tramo es particularmente agradable y permite disfrutar de ruinas históricas, como las de la Ermita de San José de los Gancheros, que data del siglo XVII. Finalmente, el recorrido llega al embalse de Loriguilla, un lugar ideal para descansar antes de emprender el camino de regreso por el mismo camino.
Cómo llegar a Chulilla
Desde Valencia, el viaje hasta Chulilla es de alrededor de 50 minutos por la carretera CV-35. Por su parte, si se sale de Albacete, el trayecto será de 2 horas y 15 minutos por las vías A-32 y CV-395.