Una de las piscinas naturales más bonitas de España: gratis y rodeadas de un entorno selvático

La Sierra de Gata, situada en la provincia de Cáceres, se ha consolidado como uno de los destinos rurales más apreciados de la región. Ubicada cerca de la frontera con Portugal, esta área montañosa no solo sirve como una frontera natural, sino que también guarda en su interior una diversidad de paisajes y pequeños pueblos que invitan a la tranquilidad y el descanso.

Caracterizada por sus valles, ríos, cascadas y frondosos bosques, esta región ofrece la oportunidad de desconectar del ajetreo cotidiano. Los visitantes pueden disfrutar de la arquitectura típica y las tradiciones locales, que reflejan la rica cultura extremeña. Una de esas localidades donde parece que el tiempo se ha detenido es Acebo.

Este pequeño pueblo destaca por sus casas típicas construidas con sillares de cantería y por mantener su arquitectura característica en calles y fuentes naturales. Acebo nos deleita con sus hermosos paisajes naturales, entre los que destacan, los ríos, arroyos, montañas y piscinas naturales. En la artesanía sobresale el encaje de bolillos. Asimismo, recorriendo sus calles nos topamos con muestras de arquitectura popular serrana, donde el adobe, la piedra y la madera son los grandes protagonistas.

Existen rincones a lo largo de la Península Ibérica que parecen mágicos, a simple vista podrían considerarse verdaderas obras maestras de la naturaleza. En uno de esos lugares está la cálida Sierra de Gata, un destino ideal para las personas que buscan esconderse entre la naturaleza durante su descanso veraniego. Pese a encontrarse entre valles y montañas, Acebo brinda la oportunidad de poder darse un refrescante chapuzón en mitad de un increíble enclave. Sus piscinas naturales son un paraíso terrenal en el que desconectar y sumergirse en el descanso más placentero.

En el río Rivera de Acebo, se encuentra la garganta que forma estas piscinas naturales, unas de las más conocidas y bonitas de Cáceres. Rodeadas por un escenario selvático y tierras montañosas, ofrecen un escondite ideal para quienes buscan una experiencia auténtica y tranquila. Este rincón, donde se fusionan los verdes intensos de la vegetación y los tonos azules del cielo, emerge como un refugio de paz y serenidad. Un verdadero oasis en el caluroso verano extremeño. La madre naturaleza fue generosa en esta zona y creó un lugar donde el agua cristalina está cobijada por la sombra de los árboles que la rodean, aquellos que ofrecen refugio ante un sol abrasador.

El visitante no se deberá de preocupar de si le entra hambre o sed, ya que, este oasis cuenta con un chiringuito en el que poder calmar la gula y la sed. Aunque también existe la opción de hacer un pequeño picnic al aire libre. Desde la página web de turismo Extremadura, recuerdan que es necesario llevar protector solar (el sol puede ser muy fuerte), llevar agua potable y respetar el entorno rural.

Desde el pueblo de Acebo se puede llegar a este enclave tanto andando como en coche, ya que está situada a dos kilómetros del centro urbano.