La Asociación Europea de Pilotos (ECA) ha iniciado una campaña en contra de la propuesta que está siendo evaluada por la Agencia de la Unión Europea para la Seguridad Aérea (EASA). La iniciativa plantea que los aviones comerciales puedan operar con un solo piloto en determinados vuelos, una medida que la ECA considera peligrosa para la seguridad de los pasajeros. “Los pilotos no solo pilotamos un avión: nos supervisamos mutuamente y todos los aspectos del vuelo, gestionamos la automatización de la aeronave y abordamos rápidamente cualquier riesgo de seguridad, seguridad o operacional en un entorno muy complejo y en rápida evolución”, declaró en un comunicado el presidente de la EASA, Otjan de Bruijn.
Bajo el nombre de “Operaciones de Tripulación Mínima Extendida” (eMCO, por sus siglas en inglés), esta propuesta ha sido promovida por los fabricantes aeronáuticos, los cuales argumentan que los avances tecnológicos permiten que en la fase de crucero de vuelo, menos exigente que las fases de despegue y aterrizaje, la cabina del avión pueda ser operada por un solo piloto. Los defensores de esta propuesta sostienen que esto permitiría que uno de los pilotos pueda descansar durante esas horas sin necesidad de un sustituto en cabina. Además, se está considerando la ampliación de las “Operaciones de Piloto Único”, donde un solo piloto manejaría la aeronave durante todo el vuelo.
La Asociación Europea de Pilotos (ECA) advierte que estas propuestas podrían llevar a que las aeronaves volaran con un único piloto a partir de 2027. En respuesta, ha lanzado una campaña en la web “OneMeansNone.eu” para informar a la ciudadanía sobre los “importantes riesgos de seguridad” que, a su juicio, estas medidas implicarían.
Una necesidad humana en la supervisión
Los comandantes de aviación han subrayado que la presencia de dos pilotos en la cabina de un avión comercial grande es esencial para la operación segura de la aeronave. Permitir que “un piloto abandone la cabina durante varias horas en la fase de crucero del vuelo, mientras que el otro permanece a los mandos”, complicaría la gestión de tareas complejas. Estas incluyen la verificación cruzada, el apoyo mutuo entre pilotos y la respuesta a emergencias, que son fundamentales para mantener la seguridad en vuelo.
“Aunque los avances tecnológicos y la automatización han mejorado la seguridad y eficiencia de los vuelos en las últimas décadas, la supervisión humana de estos sistemas, que son propensos a fallos, sigue siendo primordial”, argumentan los pilotos. Insisten en que la intervención humana es crucial para manejar situaciones imprevistas y problemas técnicos que puedan surgir durante el vuelo.
Además, los pilotos consideran que la propuesta podría “aumentar los beneficios de los fabricantes de aviones” como Airbus y Dassault, pero “no hará los vuelos más baratos ni más seguros para los pasajeros”. Señalan que la reducción de costos no necesariamente se traducirá en tarifas más bajas para los viajeros, y podría comprometer la seguridad, un aspecto no negociable en la aviación comercial.
Por otro lado, los fabricantes de aviones defienden que la iniciativa no solo permitiría ahorrar costos, sino también abordar la creciente falta de tripulantes de vuelo. Argumentan que la reducción de la tripulación durante la fase de crucero podría optimizar los recursos y hacer frente a la escasez de personal sin comprometer la seguridad.
Para que la propuesta avance, necesita la aprobación de la Agencia de la Unión Europea para la Seguridad Aérea (EASA) y posteriormente el visto bueno de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), las aerolíneas y sus sindicatos. Este proceso implica un riguroso análisis y evaluación de riesgos para garantizar que cualquier cambio en la normativa no comprometa la seguridad de los vuelos comerciales.