Qué hacer si te pones malo en un crucero

Los virus y las bacterias se propagan rápidamente en estas ciudades flotantes

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Cruceros  (Scott McIntyre/Bloomberg)
Cruceros (Scott McIntyre/Bloomberg)

Desde hace unos años hay un sector turístico que está en auge y es el crucerista. El pasado enero, en la Feria Internacional del Turismo, Fitur Cruises adelantaba que este 2024 sería un año prometedor para este segmento: más de 36 millones de personas viajarán en crucero.

Estas embarcaciones son como ciudades flotantes en las que hay todo tipo de instalaciones: piscinas, restaurantes, teatros, bares, salones de belleza, gimnasios y tiendas. De hecho, el número de pasajeros que va a bordo en ocasiones es superior a la población de muchos municipios, hasta 10.000 personas pueden viajar en estos gigantes del mar.

El problema de que sean como localidades es la facilidad y rapidez con la que los virus y bacterias se propagan. En 2019, uno de los barcos de Oasis of the Seas de Royal Caribbean tuvo que regresar a puerto con 277 personas enfermas por norovirus, una afección gastrointestinal altamente contagiosa. Aunque en la mayoría de los cruceros no suele ocurrir ningún tipo de incidente, los espacios reducidos hacen que, incluso, una sola persona enferma pueda crear una situación grave.

Qué hacen las compañías de cruceros para reducir los riesgos

Las empresas de cruceros trabajan para minimizar el riesgo de que una patología se propague, manteniendo la limpieza y vigilando la salud de sus buques. Por ejemplo, desde la pandemia de COVID-19, Carnival Cruise ha intensificado los protocolos que incluyen “medidas de saneamiento mejoradas con materiales no tóxicos” y “evaluaciones médicas previas al embarque, según sea necesario”. Royal Caribbean Cruises, por su parte, hace alarde de su programa de salud y seguridad, una iniciativa que incluye inspecciones internas y externas, pruebas frecuentes de los sistemas de agua y normas estrictas para la manipulación de alimentos.

Qué hacer si te pones malo en un crucero

Si un pasajero se pone malo en medio del océano, puede suponer un gran problema tanto para el médico como para el paciente. En tierra bastaría con llamar a los servicios de emergencia o acudir urgencias, sin embargo, es algo que un barco, a millas del puerto más cercano, se complica un poco.

Los cruceros cuentan con un equipo de médicos y enfermeros certificados, capaces de ofrecer atención en emergencias y administrar primeros auxilios. Aunque estas embarcaciones están equipadas para realizar incluso procedimientos quirúrgicos menores, las instalaciones a bordo tienen limitaciones cuando se trata de situaciones médicas de alta complejidad.

Lo más frecuente, en casos graves, es que se efectúe el desembarco de quien ha sufrido una patología de más enjundia para que una unidad de transporte aéreo lo traslade al hospital adecuado.

En caso de tener una urgencia a bordo, el primer paso será dirigirse al centro médico, donde los profesionales pueden recetar y administrar medicamentos, realizar cirugías menores y estabilizar a pacientes con afecciones médicas más graves.

Cómo proteger la salud a bordo

La exdirectora ejecutiva de la Asociación Internacional de Asistencia Médica al Viajero, Tullia Marcolongo, explica a National Geographic, que lo primero que deben hacer los pasajeros es poner de su parte. Lavarse las manos con frecuencia puede ser una medida preventiva fundamental contra el norovirus, los resfriados y otros males que circulan por el navío. Para ser proactivos, los viajeros pueden concertar una cita con el médico antes de las vacaciones para asegurarse de que sus vacunas están al día. Dependiendo de su destino, la de la gripe puede ser importante, incluso si se va en pleno verano.

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