El castillo del siglo IX ubicado en uno de los pueblos más bonitos de España y que fue refugio de Juana la Beltraneja

Cáceres es una de las regiones de España donde el visitante puede disfrutar de una naturaleza impresionante. Sus paisajes, de una belleza excepcional, la posicionan como uno de los mejores destinos rurales del país. Además, la provincia está salpicada de numerosos pueblos que conservan la esencia histórica y cultural de la zona. En este contexto, se destaca una villa en particular, donde cada calle y monumento reflejan de manera fiel su rica historia.

Estamos hablando de Trujillo, una localidad que destaca por su rico patrimonio arquitectónico y su relevante papel en la historia de España, especialmente durante la época de la conquista de América. Sus calles conforman un rico casco antiguo donde se encuentran infinidad de monumentos de gran valor histórico. Esto junto con la arquitectura típica de la región le ha valido para ser considerado uno de los pueblos más bonitos de España, de hecho, forma parte de la lista que así lo atribuye.

Gracias a la influencia de diversas civilizaciones a lo largo de su historia, Trujillo destaca por su conjunto monumental y cultural único. Este legado se puede apreciar caminando por sus calles, donde se encuentran numerosos monumentos que narran su rica historia. Entre estos, el más destacado es su espectacular castillo, que se alza imponente sobre el cerro conocido como Cabeza de Zorro.

El castillo de Trujillo es una antigua fortaleza árabe construida entre los siglos IX y XII, erigida sobre los restos de una estructura anterior. Esta edificación histórica es una muestra impresionante de la arquitectura militar de la época, con 17 torres que forman una imponente muralla defensiva. A su vez, el recinto fortificado de la fortaleza se divide en dos partes principales. La más antigua, de origen islámico, es el llamado Patio de Armas, un recinto cuadrado que cuenta con veinte torres prismáticas, una puerta de arco de herradura y dos aljibes en su interior. Esta sección refleja la influencia árabe en la arquitectura defensiva de la época.

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La otra sección del castillo, conocida como Albacar, tiene una forma poligonal y alberga una ermita del siglo XVI dedicada a San Pablo. Esta ermita presenta una sola nave dividida en tres tramos por arcos apuntados y una cabecera poligonal, representando la transición del estilo gótico al renacentista. Igualmente, en su interior la ermita alberga la imagen de Nuestra Señora de la Victoria, patrona de la ciudad, añadiendo un componente religioso y cultural significativo al lugar.

El Castillo de Trujillo no solo destaca por su arquitectura defensiva medieval, sino también por los importantes acontecimientos históricos que tuvieron lugar en sus muros. Durante el reinado de Pedro I, el castillo fue elegido para que el tesorero del rey, el judío Samuel Leví, guardase las riquezas de la Corona, debido a su reputación como una de las fortalezas más seguras del reino. Además, el castillo sirvió como refugio para Juana La Beltraneja durante su disputa con la reina Isabel I.

En una época de intensa agitación familiar y social, Juana se refugió en el castillo, pero tras la entrega de la fortaleza a Isabel la Católica, tuvo que huir hacia Plasencia, donde se casó con Alfonso V de Portugal. El interés por el castillo se mantuvo en tiempos posteriores, como se evidencia en la visita del rey Fernando el Católico, quien se interesó por las obras que se estaban realizando en la fortaleza durante su paso por Trujillo, camino de Guadalupe. Fernando murió el 23 de enero de 1516 en Madrigalejo, cercano a Trujillo.

En la visita al castillo de Trujillo se deben tener en cuenta sus horarios de apertura. Desde la web de Turismo de Extremadura señalan que la fortaleza abre sus puertas del 1 de octubre al 1 de mayo, de lunes a domingo de 10:00 h a 14:00 h y de 16:00 h a 19:00 h. Por su parte, del 1 de abril al 30 de septiembre, el horario es de lunes a domingo de 10:00 h a 14:00 h y de 17:00 h a 20:00 h. En cuanto al precio, la tarifa general es de 2 €, mientras que los grupos de más de 10 personas deben pagar 1,50 €.

Desde Cáceres, el viaje hasta Trujillo es de alrededor de 35 minutos por la carretera A-58. Por su parte, desde Mérida el trayecto tiene una duración estimada de 50 minutos por la vía A-5.