La Marina Baixa, en Alicante, es una comarca ideal para aquellos que no se deciden entre la playa y la montaña para pasar sus vacaciones. Es el entorno perfecto para disfrutar de rutas increíbles, pueblos con encanto, piscinas naturales en entornos espectaculares e infinidad de playas y calas. Quizás una de las localidades de esta zona que más llama la atención sea Villajoyosa, que este año ha sido reconocida como una “joya escondida” de Europa por el portal European Best Destinations.
Villajoyosa destaca por la cálida luz que desprende, su precioso casco antiguo, sus pequeñas calles testigo de tiempos pasados, sus peculiares casas de colores frente al puerto y su esencia marinera. La Vila, como la llaman cariñosamente sus 34.000 habitantes, logra atraer a miles de turistas anualmente gracias a su ubicación y a sus increíbles playas. De hecho, cada verano aumenta su población de manera considerable.
Una villa con carácter marinero y artesano
Lo primero que se debe hacer al llegar a esta villa, es perderse por su casco antiguo (declarado Conjunto Histórico Artístico) y recorrer sus estrechas calles. Tanto estas pintorescas rúas como su puerto hablan de una localidad orgullosa de su tradición pesquera, que ha determinado su particular arquitectura. A lo largo de los años, se han realizado diferentes excavaciones en las que se han hallado restos de la época ibérica, de los fenicios y de los egipcios.
El casco antiguo esconde numerosos edificios y monumentos que exigen una parada obligatoria. Entre ellos destacan, la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XV y perteneciente al estilo gótico catalán; y la Antigua Ermita de San Antonio, del siglo XVIII. Villajoyosa también esconde un pasado bucanero, prueba de ello es el antiguo recinto amurallado, declarado Bien de Interés Cultural. Estas paredes se alzaron en el siglo XVI para proteger a la población de los continuos ataques de piratas berberiscos.
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Las casas de colores
El origen de los colores de las casas de Villajoyosa tiene una herencia marinera. Fueron los pescadores los que decidieron pintar cada vivienda de tonos distintivos para identificarlas desde lejos al regresar al mar. Aprovechando esta peculiaridad, los habitantes enviaban mensajes visuales a los navegantes a través de sábanas colgadas en los balcones. Por ejemplo, el color negro indicaba que algún familiar había fallecido, mientras que el blanco anunciaba el nacimiento de un nuevo miembro.
Las playas paradisíacas de Villajoyosa
Villajoyosa puede presumir de tener algunas de las mejores playas (cinco tienen bandera azul) y calas de toda la Costa Blanca, en sus 15 kilómetros de litoral, alberga alguno de los lugares más bellos de la costa de Alicante en los que poder disfrutar del mar.
La Caleta
Una playa de piedras y arena protegida por pequeños acantilados, pinos y palmeras que componen una panorámica de fotografía. Este pequeño arenal de 160 metros de largo por 30 de ancho está apartado del centro urbano, por lo que es el lugar idóneo para relajarse y deleitarse con el sonido de las olas. Sus aguas turquesas invitan a zambullirse en ellas.
L’Esparrelló
A los pies de un acantilado encontramos este pequeño rincón de 222 metros de costa, de cantos y arena, rodeado de naturaleza salvaje y con unas aguas claras en las que el azul y el verde se mezclan. Debido a su ubicación recóndita entre dos acantilados, es una playa poco concurrida, perfecta para pasar un día de relax y desconexión.
Bol Nou
Una de las calas más bohemias de la localidad, oculta entre dos grandes rocas. Sus aguas claras hacen de este arenal, un enclave óptimo para bucear y poder contemplar la infinidad de peces en un fondo marino espectacular.
Cómo llegar
La distancia entre Alicante y Villajoyosa es pequeña, en apenas 31 minutos (36,1 kilómetros) circulando por la AP-7 se llega a esta aldea marinera.