El peligro de las turbulencias severas en un avión: desde lesiones graves a los pasajeros hasta daños en la aeronave

Estos fenómenos se forman por consecuencia de un cambio brusco en las condiciones atmosféricas y pueden provocar grandes altercados en los aviones

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Las turbulencias severas han sido identificadas como uno de los principales riesgos en la aviación comercial, capaces de causar lesiones a pasajeros y tripulación, así como daños a la aeronave. Estos fenómenos meteorológicos, que pueden ocurrir sin previo aviso, resultan de cambios abruptos en la velocidad y dirección del viento a diferentes altitudes. Según la Administración de Aviación, aproximadamente el 65% de las lesiones sufridas por pasajeros y tripulación en vuelos comerciales en los últimos años se han atribuido a turbulencias.

Así, ños pasajeros sin cinturón de seguridad y la tripulación de cabina en movimiento son los más vulnerables. En algunos casos, estos incidentes han derivado en fracturas, contusiones y, en situaciones más graves, hospitalizaciones. A su vez, expertos meteorológicos señalan que el aumento de las turbulencias severas está vinculado al cambio climático, que ha intensificado las variaciones en los patrones del viento a gran altura. Esta tendencia preocupa a la industria de la aviación, que busca mejorar la detección y el pronóstico de estas condiciones adversas.

¿Cómo se producen las turbulencias?

Las turbulencias en un avión se forman debido a varias causas meteorológicas y atmosféricas. Entre las principales se encuentran:

  • Corrientes de chorro: Estas son corrientes de aire rápidas que se localizan en altitudes elevadas. Cuando un avión atraviesa una de estas corrientes o vuela cerca de ellas, se pueden experimentar turbulencias debido a los cambios abruptos en la velocidad y dirección del viento.
  • Frentes meteorológicos: Los frentes, que son límites entre dos masas de aire con diferentes temperaturas y densidades, pueden crear condiciones de turbulencia. Al atravesar un frente, el avión puede encontrar flujos de aire inestables y cambiantes.
  • Tormentas y nubes cumulonimbus: Estas nubes, especialmente las cumulonimbus, son conocidas por producir fuertes turbulencias debido a las poderosas corrientes ascendentes y descendentes asociadas con las tormentas eléctricas.
  • Turbulencia de aire claro (CAT): Esta ocurre en cielos despejados y es causada por la interacción entre corrientes de aire de diferentes velocidades. Este tipo de turbulencia es especialmente peligrosa porque no puede ser detectada visualmente ni por radar.
  • Orografía: Al volar sobre terrenos montañosos, el avión puede experimentar turbulencias causadas por el flujo de aire que se ve obligado a ascender y descender bruscamente al encontrarse con las montañas.
  • Variaciones térmicas: Durante el día, el calentamiento desigual de la superficie terrestre puede generar corrientes ascendentes de aire caliente, conocidas como térmicas, que pueden contribuir a la formación de turbulencias.
  • Turbulencias mecánicas: Estas se generan cuando el aire fluye sobre estructuras artificiales como edificios altos o puentes, especialmente durante el despegue y aterrizaje en aeropuertos urbanos.

Estas condiciones generan movimientos irregulares en el aire que afectan la estabilidad de la aeronave. Si bien las turbulencias son comunes y, en la mayoría de los casos, no peligrosas, pueden causar incomodidad y, en situaciones severas, representar un riesgo para la seguridad.

(Shutterstock)
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¿Qué peligros tienen?

En el caso de las turbulencias severas, estas pueden ocasionar graves daños en la aeronave, como herir a los pasajeros y a los auxiliares de vuelo. Por ello, es necesario seguir con las medidas establecidas por parte de la tripulación y con las normas de seguridad, tales como abrocharse el cinturón o no levantarse del asiento. Este tipo de fenómenos representan varios peligros potenciales para la seguridad de un vuelo, los cuales incluyen riesgos como:

  • Lesiones a pasajeros y tripulación: Las turbulencias severas pueden provocar movimientos bruscos e inesperados que generan la posibilidad de lesiones, especialmente para aquellos que no están utilizando el cinturón de seguridad. Las lesiones frecuentes incluyen fracturas, contusiones y heridas en la cabeza.
  • Daño a la aeronave: Aunque los aviones comerciales están diseñados para soportar turbulencias, las condiciones severas pueden causar daños estructurales menores, como la rotura de componentes internos, o en casos extremos, comprometer partes del fuselaje.
  • Impacto en la cabina: El desorden dentro de la cabina puede ocurrir cuando la turbulencia desplaza objetos sueltos, carritos de servicio y equipaje de mano. Esto no sólo puede causar lesiones, sino también interrumpir el servicio a bordo.
  • Estrés psicológico: Las turbulencias severas pueden inducir estrés y ansiedad tanto en pasajeros como en la tripulación, lo que puede afectar su capacidad para manejar adecuadamente situaciones de emergencia.
  • Dificultades operacionales: Las turbulencias pueden complicar las tareas del piloto, como el control de la aeronave y la gestión del vuelo. En casos extremos, puede dificultar el aterrizaje y despegue, además de afectar la capacidad de comunicación con el control aéreo.
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  • Retrasos y desvíos: Para evitar áreas de turbulencias severas, los vuelos pueden ser retrasados o desviados, lo que conlleva complicaciones logísticas y posibles inconvenientes para los pasajeros.
  • Problemas médicos: Para pasajeros con condiciones de salud preexistentes, las turbulencias severas pueden exacerbar problemas médicos, como desencadenar ataques de pánico o afectar aquellos con problemas cardíacos.
  • Altitud inestable: Las turbulencias severas pueden causar variaciones bruscas en la altitud de vuelo, lo que puede ser peligroso en espacios aéreos concurridos.
  • Interrupción del servicio: Las turbulencias severas obligan al personal de cabina a suspender el servicio a bordo, lo que puede afectar el confort y la atención a los pasajeros, especialmente en vuelos largos.
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