El castillo del siglo XV incrustado sobre una roca que se encuentra en uno de los pueblos más bonitos de Madrid

La Comunidad de Madrid ofrece una amplia gama de actividades que destacan por su oferta de ocio y entretenimiento. Además, cuenta con numerosos atractivos turísticos, como museos, parajes naturales y castillos. A pesar de que la capital no es conocida por su cantidad de fortalezas, estas forman parte del patrimonio de la región, aunque suelen ser menos conocidas en comparación con aquellos de otras provincias como Jaén, Toledo o León, reconocidas por sus impresionantes construcciones históricas.

Sin embargo, a lo largo de la comunidad, estas fortalezas constituyen gran parte de su patrimonio histórico y cultural, gracias a construcciones tan emblemáticas como el castillo de los Mendoza, en Manzanares el Real. No obstante, otras se localizan en pequeños pueblos que son una maravilla, como es el caso del castillo de Casasola. Esta construcción situada en el bello municipio de Chinchón, es un monumento histórico cuya presencia se remonta a tiempos medievales. Aunque no es uno de los castillos más conocidos de la región, sus muros guardan siglos de historia que aportan un gran valor cultural y patrimonial.

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El origen del castillo de Casasola se encuentra en la red defensiva almenada que se construyó a lo largo de las cuencas de los ríos Tajo y Tajuña para vigilar las rutas comerciales y militares entres ambos cursos. Así, a lo largo de los siglos, los castillos y torreones mantuvieron su relevancia como residencias señoriales. En el término municipal de Chinchón se conservan restos de dos fortalezas destacadas. Una de ellas es el castillo de los Condes de Chinchón, una fortaleza ubicada en la parte alta de la población.

Este castillo fue reconstruido en el siglo XVI tras ser destruido por los comuneros. Actualmente, es de propiedad privada y no está abierto al público. En tiempos más recientes, albergó la sede de la alcoholera que producía el reconocido anís local. La otra construcción hace referencia al castillo de Casasola, el cual data de entre los siglos XIV y XV y se localiza a poco más de 10 kilómetros de Chinchón.

Fue construido por petición del señor feudal Juan de Conteras y durante los siglos numerosas “vicisitudes y alianzas le hicieron pasar por varias manos hasta que se creó el marquesado de Casasola a mediados del XVII. De él se cuenta que sus estancias sirvieron como lugar de reunión secreto en 1869 para quienes abogaban por la Restauración borbónica en la persona de Alfonso XII”, señala Pepo Paz en el libro 101 lugares de Madrid sorprendentes (Anaya Touring).

Además, el edificio, levantado sobre un promontorio, se encuentra estratégicamente situado entre dos cauces de agua de precipitado caudal que lo rodean por el norte y el sur. Esta ubicación permitía una amplia vigilancia de la zona y ofrecía una defensa natural. El único acceso al castillo es un puente que cruza un foso y conduce a la torre del homenaje. Su estructura, sencilla e irregular, se adapta completamente a la forma del terreno. En la actualidad, del castillo solo se conservan dos torres cilíndricas en los vértices de la fachada principal, un pozo excavado en la roca, la estructura de la torre del homenaje y el foso. Igualmente, es de propiedad privada y ha sido declarado Bien de Interés Cultural.

Desde Madrid, el viaje es de alrededor de 1 hora por la vía A-3. Por su parte, desde Toledo el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora por la carretera CM-4001a (hay peajes).