5 de los monumentos más impresionantes de Huesca: ermitas enclavadas en la roca con rutas de senderismo y leyendas

Estas construcciones se caracterizan por su arquitectura imposible y por su majestuosa imagen en el corazón de la piedra

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El Real Monasterio de San Juan de la Peña, en Huesca (Shutterstock).
El Real Monasterio de San Juan de la Peña, en Huesca (Shutterstock).

La provincia de Huesca, situada en el corazón de la comunidad autónoma de Aragón, esconde una serie de monumentos impresionantes que parecen desafiar la lógica arquitectónica. Estos lugares, enclavados en la roca, no solo destacan por su construcción desafiante y su integración con el entorno natural, sino también por las ricas leyendas y tradiciones que los rodean. Así, visitar estos lugares es sumergirse en la historia y la espiritualidad de la región, ofreciendo una experiencia única que combina naturaleza, arquitectura y mito. A continuación, exploramos cinco de estos increíbles monumentos.

Ermita de San Martín de la Bal d’Onsera

El santuario está situado en un impresionante enclave al fondo del barranco de San Martín, junto a una cascada, al pie de la sierra de Gabardiella. Su origen fue una cueva a la que se le añadieron diversas construcciones exteriores en diferentes épocas. El monasterio fue reconstruido en el siglo XVII y, en los siglos XVIII y XIX, se añadieron otras dependencias destinadas al servicio de los romeros, como el hogar y el comedor.

Ermita de la Virgen de la Peña en Anies

La ermita de la Virgen de la Peña cuenta con un emplazamiento impresionante, pues se encuentra suspendida sobre el vacío y ofreciendo vistas panorámicas de toda la comarca. Se puede llegar a la ermita rupestre por un empinado sendero equipado con escaleras, del cual vale la pena continuar hasta la cima de la montaña para regresar mediante una ruta circular, que puede ampliarse con paseos por la pista.

El monasterio de San Juan de la Peña

El Real Monasterio de San Juan de la Peña, en Huesca (Shutterstock).
El Real Monasterio de San Juan de la Peña, en Huesca (Shutterstock).

l Real Monasterio de San Juan de la Peña se alza como un tesoro que conjuga el arte mozárabe, románico y gótico, a la vez que sorprende con su ubicación, pues se incrusta en la roca viva, bajo las faldas de la sierra de San Juan de la Peña. Este paraje natural, que da nombre al lugar, es también conocido por ser considerado la cuna del Reino de Aragón. Ha desempeñado un papel crucial en la historia de la región.

Según la historiografía, fue fundado en el siglo X como refugio para monjes que huían de la invasión musulmana y, con el paso de los siglos, se transformó en un importante centro de espiritualidad y poder, llegando incluso a albergar las tumbas de reyes y nobles aragoneses.

El complejo monástico se divide en dos partes principales: el monasterio viejo y el monasterio nuevo. El monasterio viejo, del siglo XI, sobresale por su iglesia prerrománica de planta mozárabe y su claustro románico, considerado uno de los ejemplos más antiguos y bellos del arte románico en España. El monasterio nuevo, construido a partir del siglo XVII, presenta una arquitectura más moderna y ha tenido diversas funciones a lo largo del tiempo. Dentro de sus muros se encuentra el Centro de Interpretación del Reino de Aragón (CIRA), un espacio interactivo que combina la trascendencia histórica del lugar con la modernidad del siglo XXI.

Ermita de San Úrbez, en Añisclo

Situada en el cañón de Añisclo, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, se incrusta esta ermita aprovechan una oquedad en la pared calcárea de la montaña. Específicamente, se encuentra en el municipio de Fanlo, en la comarca de Sobrarbe, en el extremo sureste del Valle del Vió y sobre la confluencia de los ríos Bellos y Aso. El edificio complementa la estructura natural con un muro de piedra y una robusta escalera que da acceso a la verja de entrada. En el interior, al fondo de la estancia, se sitúa una pequeña cripta a la que se accede por una puerta con un arco de medio punto, “el lugar donde la tradición sitúa la morada del santo”, según el Ayuntamiento de Fanlo.

Ermitas rupestres Yebra de Basa

Ermita de La Cueva, en Huesca (Shutterstock).
Ermita de La Cueva, en Huesca (Shutterstock).

La ruta de las ermitas de Yebra de Basa es un plan perfecto para descubrir todos los secretos de la comarca del Alto Gállego. A lo largo de este sendero, el viajero puede contemplar hasta nueve ermitas, algunas de ellas entre las más impresionantes de la región. Además, el recorrido está adornado con cascadas y un paisaje impresionante, abarcando una distancia de aproximadamente 12 kilómetros, ida y vuelta.

De todas las ermitas, las que más destacan son las de la Cueva y San Cornelio, las cuales están escoltadas por la impresionante cascada de El Chorro. A media que el viajero se acerca a este enclave se puede contemplar la majestuosidad del salto, el cual se combina a la perfección con la espectacularidad de las construcciones incrustadas en la roca.

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