Con un imponente castillo como principal reclamo y con una historia que se remonta a la época romana, la localidad vallisoletana de Íscar se presenta como uno de los pueblos más bonitos de la provincia.
Es la capital de la comarca de Tierra de Pinares en Valladolid y mantiene una conexión arquitectónica y artística con localidades históricas de la región como Olmedo, Cuéllar y Alcazarén. Esta zona es reconocida por sus elementos comunes en el arte y la arquitectura, destacando la influencia del estilo mudéjar y del románico. En este contexto, su recinto monumental, abierto y gratuito, puede visitarse los sábados domingos y festivos.
Qué ver en Íscar
La Oficina de Turismo, ubicada dentro del Museo Mariemma, puede ser el punto de partida perfecto para comenzar la visita a este pueblo. Desde aquí, es recomendable recorrer el pueblo a pie, aprovechando su ambiente tranquilo y su pequeño tamaño. En este sentido, recorrer las calles de Íscar es emprender un viaje de calma y sosiego.
Las calles blasonadas son un elemento característico de la localidad, especialmente las de la calle Real, que es la que conduce al corazón del pueblo, la Plaza Mayor. Próximo a la plaza, se encuentra la iglesia de Santa María de los Mártires, un templo de origen mudéjar que ha sido objeto de diversas reformas a lo largo de los siglos, destacando su imponente campanario. Otros puntos de interés religioso incluyen la iglesia de San Miguel, de estilo románico del siglo XII, y la ermita del Humilladero, que alberga una valiosa talla articulada de Cristo del siglo XVII.
Además, los visitantes pueden descubrir el puente medieval de Íscar y el parque de la ermita de Cristo Rey, considerado el pulmón verde del pueblo. Este espacio ofrece numerosas instalaciones para el ocio, como zonas infantiles, merenderos y áreas de acampada, junto con la ermita que le da nombre al parque.
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El Castillo de Íscar
La cultura, la historia y la belleza forman parte de cada rincón de este municipio. Sin embargo, su fortaleza es su gran tesoro. El Castillo de Íscar, emplazado en la cima de un cerro, se erige sobre los cimientos de antiguas fortificaciones, ofreciendo una vista panorámica del pueblo y del extenso mar de pinares que se despliega en el horizonte.
Los vestigios más antiguos de esta fortaleza datan del siglo XIII, incluyendo partes de las murallas y la estructura principal de la torre del homenaje. Originalmente, el castillo estaba protegido por un foso que dificultaba el acceso desde el páramo circundante. Durante el siglo XV, se realizaron significativas mejoras en la torre y se añadió una nueva sección que permitía el acceso a la torre mediante un puente levadizo.
A día de hoy los interesados pueden acceder a varias de las impresionantes áreas del castillo, incluyendo el puente levadizo, la torre del homenaje y el patio de armas. Estas estancias han sido restauradas a un estado óptimo, permitiendo a los turistas y locales experimentar un episodio único. Las visitas pueden realizarse los sábados y domingos a las 12.30. No obstante, será necesario concertar una cita previa llamando al teléfono 696 305 757. Para las visitas de grupos superiores a 10 personas será necesario contactar con la Oficina de Turismo.