Visitarlo es como tocar el cielo. Y no es para menos: el hecho de estar a casi 1.500 metros de altitud lo ha convertido en el pueblo más alto de Andalucía. Este bonito lugar se encuentra en Granada, y tiene como seña de identidad unas preciosas casas blancas que deslumbran a todo el que descubre estas tierras. Tal es su magnificencia, que se han de sortear los desniveles de la falda del Mulhacén para toparse con este rincón que parece estar sostenido en la montaña. Es por ello que uno de sus grandes atractivos son las impresionantes vistas que ofrece de Sierra Nevada. Pero eso no es todo.
Este pueblo no podría ser otro que Trevélez, un destino ideal para quienes quieren disfrutar de un fin de semana exprés o unos días de desconexión. De hecho, es perfecto para el verano puesto que, gracias a su altitud, permite disfrutar de temperaturas bajas y, por ende, huir del calor que azota a España durante estas fechas. Lo que sí hay que tener en cuenta es que está repleto de cuestas empinadas, alguna de ellas con un gran nivel de inclinación.
Pero lo cierto es que todo esfuerzo merece la pena cuando se descubren sus preciosas casas alpujarreñas, que cuentan con balcones llenos de geranios de todo tipo de colores y que impregnan de vida el pueblo. Además, Trevélez es una de las principales joyas de las Alpujarras, una histórica región española que se encuentra dividida entre las provincias de Granada y Almería. Y, por si esto fuera poco, se le considera una tierra de leyendas, espectacular naturaleza y, sobre todo, buen jamón.
Un solo pueblo, tres barrios distintos
El municipio de Trevélez, en la provincia de Granada, se caracteriza por su singular configuración en tres barrios escalonados: el Barrio Bajo, el Barrio Medio y el Barrio Alto. Estos sectores, claramente señalizados, invitan a los visitantes a recorrer sus calles y disfrutar del cambiante paisaje a medida que se asciende.
Uno de los atractivos de Trevélez es el abundante suministro de agua, intensificado por el deshielo de Sierra Nevada. Las numerosas fuentes, algunas de las cuales fueron abrevaderos para el ganado, se han convertido en puntos idóneos para tomar fotografías. Esta herencia acuífera es un rasgo compartido con el cercano Lanjarón, conocido por su manantial.
En concreto, en el Barrio Medio se pueden observar los primeros tinaos, elementos arquitectónicos típicos de La Alpujarra. Estas estructuras, similares a callejones o soportales, a menudo sirven como pasajes entre calles o espacios de sombra para los habitantes locales. En algunos casos, los tinaos están integrados en las casas, funcionando como porches.
La ruta culmina en el Barrio Alto, donde se encuentran vistas panorámicas del macizo de Sierra Nevada y el Mulhacén, la cumbre más alta de la Península Ibérica. Desde aquí se contempla la ermita dedicada a la Virgen de las Nieves, patrona de Trevélez, y construcciones como la Ermita de San Antonio y la Iglesia de San Benito, ambas del siglo XVII y de notable estilo mudéjar.
El jamón, la gran seña de identidad de Trevélez
El jamón de Trevélez, un icono de la Alpujarra granadina, ha sido reconocido desde 1862 gracias a la concesión del Sello de la Corona otorgado por la reina Isabel II. Este distintivo marcó el inicio del reconocimiento formal de un producto que se elabora en la región desde hace siglos.
La obtención del jamón de Trevélez se mantiene fiel a métodos tradicionales. El proceso de secado natural y la ausencia de producciones en serie aseguran la calidad que distingue a este manjar. Estas características han llevado a la creación del Consejo Regulador de la Denominación Específica Jamón de Trevélez, que garantiza su autenticidad.
Actualmente, varios secaderos del área permiten a los visitantes conocer de cerca el proceso de elaboración. Uno de los más destacados es el Secadero Vallejo, donde se ofrece un recorrido completo desde el despiece del cerdo hasta el producto final. Además, en este lugar se puede visitar el Museo del Jamón, que ofrece información detallada sobre su historia y organiza degustaciones acompañadas de vino.
Durante estas visitas, se explica que el jamón de Trevélez tiene un sabor característico y que debe ser cortado y presentado siguiendo técnicas específicas. Los secaderos de esta localidad se han convertido en lugares de referencia para quienes desean comprender el arte detrás de este producto.
Una villa fría ideal para el verano
Con la llegada del verano y las altas temperaturas registradas en muchas regiones, algunos lugares de España destacan por ofrecer una alternativa fresca, incluso en la temporada estival. Uno de estos destinos es Trevélez, un pueblo ubicado en la región de la Alpujarra granadina, que mantiene una temperatura media por debajo de los 30 °C.
Conocido por ser uno de los municipios más altos de la provincia de Granada, se encuentra enclavado en Sierra Nevada. Esta ubicación privilegiada no solo asegura temperaturas frescas, sino que también permite disfrutar de un vasto patrimonio natural. El pueblo ofrece numerosas rutas de senderismo, todas bien señalizadas y con niveles que varían en dificultad, lo que permite a los amantes de la naturaleza explorar el entorno de manera segura y disfrutar de actividades como la pesca de truchas en el río Trevélez.
A pesar de estar alejado de las altas temperaturas que caracterizan a otros destinos turísticos, Trevélez ofrece una mezcla de casas tradicionales y un ambiente tranquilo que atrae a quienes buscan escapar del calor sofocante. Su ubicación también favorece el acceso a las zonas costeras cercanas como La Rábita, Motril y Castell de Ferro, permitiendo combinar el disfrute de la montaña con la opción de visitar el litoral.