Italia, y más concretamente su capital, Roma, es uno de los destinos europeos más visitados durante todo el año. Esto no es de extrañar, ya que la ciudad cuenta con uno de los conjuntos monumentales e históricos más ricos del mundo. Sin embargo, más allá de Roma, el país cuenta con infinidad de lugares que dejan con la boca abierta gracias a su singularidad y espectacularidad.
Uno de ellos es el impresionante pueblo medieval de Calcata, una villa situada a escasos 50 kilómetros de la capital y que destaca por su increíble emplazamiento. Tanto es así, que se incrusta sobre un acantilado de toba volcánica que ofrece vistas espectaculares del valle del río Treja. Este lugar singular ha capturado la atención de visitantes de todo el mundo y sirve como un refugio tanto para artistas como para amantes de la naturaleza.
Un nuevo pueblo
A más de 100 metros de altura, Calcata tiene su origen en la época etrusca, pero alcanzó mayor prominencia durante la Edad Media. En el siglo XIII, el pueblo fue fortificado y su castillo medieval aún domina la vista del pueblo. Así, su arquitectura ha permanecido notablemente intacta, con sus estrechas calles empedradas, muros de piedra y puertas arqueadas que transportan a los visitantes a una época pasada.
A pesar de su belleza natural y arquitectura histórica, Calcata estuvo a punto de ser abandonada a mediados del siglo XX. En la década de 1930, el gobierno italiano declaró la región como peligrosa debido a la fragilidad del terreno rocoso, obligando a la mayoría de los residentes a mudarse a un nuevo asentamiento, conocido como Calcata Nuova, situado a unos pocos kilómetros. Sin embargo, en la década de 1960, algo extraordinario ocurrió: artistas, bohemios y pintores comenzaron a descubrir la aldea abandonada y decidieron instalarse allí, revitalizando Calcata y transformándola en un vibrante centro cultural.
Hoy en día, es conocida por su comunidad artística que incluye pintores, escultores, actores y músicos. La aldea cuenta con numerosas galerías de arte, talleres y tiendas artesanales que exhiben obras de arte locales. Además, el espíritu creativo de Calcata se manifiesta en sus festivales culturales y eventos comunitarios que se celebran durante todo el año. Todo ello gracias a estas personas que han mantenido una villa de cuento en mitad de un entorno de ensueño.
Un paseo por Calcata
Calcata Vecchia se ha convertido a día de hoy en un destino multicultural donde poder apreciar arte de todos los estilos en un paraje maravilloso. Las calles de la villa, serpenteantes y estrechas, invitan a perderse por ellas descubriendo la arquitectura medieval tan característica de la zona. Todo ello, mientras se escuchan a músicos, se contempla el trabajo de los artistas callejeros o a los diferentes artesanos en sus talleres.
A esto se le suma su bello entorno natural, pues se ubica en la Reserva Natural Valle de la Treja, la cual ofrece oportunidades para el ecoturismo y actividades al aire libre. Los visitantes pueden disfrutar de senderismo, paseos a caballo y rutas en bicicleta que exploran la diversidad ecológica y las ruinas históricas de la zona. Las cascadas de Monte Gelato, situadas a pocos kilómetros, son un destino popular para los excursionistas y un lugar perfecto para nadar y relajarse.