La increíble playa fluvial con una cascada en la frontera de España y Portugal

Lecho de un antiguo océano y hogar de dinosaurios

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Playa Fluvial do Pego (Shutterstock)
Playa Fluvial do Pego (Shutterstock)

Las piscinas compiten en popularidad con las playas durante el verano, de hecho, hay muchas personas que prefieren combinarlas entre sí. Aunque, está claro que una piscina natural nada le tiene que envidiar a una convencional. Estos espacios, formados por ríos y embalses a lo largo del tiempo, se encuentran en entornos naturales con frondosas vegetaciones, senderos y rocas. Ofrecen una experiencia única que combina el baño con el espectacular paisaje que le rodea.

A tan sólo 15 kilómetros de la frontera entre España y Portugal, justo mirando a Sierra de Gata, se encuentra Penha García, una aldea que destaca por su singularidad, su atractivo natural y el patrimonio geológico y arquitectónico único que esconde. En un primer momento, al llegar por la carretera desde Monfortinho, este pueblo puede parecer uno sin grandes atractivos, sobre todo, si se compara con urbes mayores como Castelo Branco o destinos turísticos más reconocidos como Monsanto. No obstante, este primer vistazo no revela la verdadera esencia de Penha Garcia.

Al internarse en sus calles estrechas y empinadas, el visitante se ve transportado a otra época. La arquitectura del lugar, dominada por grandes estructuras de piedra, transforma el paisaje, destacando los imponentes desfiladeros que rodean la zona. Entre estos desfiladeros, la aldea alberga una de las piscinas naturales más destacadas de la región fronteriza, un espacio que combina historia geológica y belleza natural.

Una ventana a la historia ancestral de la tierra

Esta piscina natural del río Pònsul no sólo permite un refrescante baño en un entorno único, sino también una travesía hacia la historia geológica del planeta. Destaca por haber sido el lecho de un antiguo océano hace unos 600 millones de años, como apunta el portal Rayanos, un hecho que sigue evidenciándose en las formaciones rocosas y los fósiles que se encuentran en sus alrededores. Además, se cree que hace aproximadamente 200 millones de años, dinosaurios habitaron la zona.

Esta playa fluvial se encuentra en el Parque Icnológico Penha García, perteneciente al Geoparque Naturtejo, geoparque mundial de la UNESCO. La presencia de la magnífica cascada embellece, aún más si cabe, este escenario. Además, los más aventureros podrán saltar desde ella. Junto a la cascada, un árbol proporciona sombra, creando un punto ideal para descansar y admirar el vasto paisaje que rodea el lugar.

Este oasis, de agua clara y cristalina, ofrece unas vistas espectaculares a la Rota dos Fósseis, un sendero circular de unos tres kilómetros que conecta este paraje con el pueblo. Este recorrido honra la vida más remota del lugar, que hace más de 600 millones de años era un lecho marino y, posteriormente, hogar de dinosaurios. Para el paraje, reconocido por la UNESCO como patrimonio importante, la conservación es prioritaria.

El agua que fluye desde la cabecera del río, ubicada en las montañas, mantiene su pureza de forma natural debido a su corriente constante. Desde el mirador del castillo de Penha Garcia, que corona este pueblo fronterizo, se pueden admirar la cascada, la presa y la Playa Fluvial do Pego.

Castillo de Penha García (Shutterstock)
Castillo de Penha García (Shutterstock)

Cómo llegar

Desde el municipio cacereño de Coria la distancia hasta Penha García es de 56 kilómetros, un recorrido que no nos llevará más de 50 minutos circulando por la EX-108.

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