La ciudad con una de las ruinas más famosas del mundo donde también está la casa de la Virgen María

Conocido como el Santuario de ‘Meyem Ana’, se convirtió en capilla en 1891 tras el hallazgo de una estatua de la Virgen y, cada 15 de agosto, acoge un evento en el que convergen tres religiones distintas

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Las ruinas de Éfeso, en Turquía, son una de las más famosas del mundo. (Wikimedia)
Las ruinas de Éfeso, en Turquía, son una de las más famosas del mundo. (Wikimedia)

Que un mismo lugar aúne las huellas que dejaron varias civilizaciones es un dato más que justificado para visitarlo. Esto es precisamente lo que ocurre en una preciosa ciudad de Turquía, considerada una de las grandes joyas de la Humanidad que alberga Asia Menor. Situada en el oeste del país, a orillas del mar Egeo, Éfeso tiene el honor, no solo, de albergar una de las ruinas más famosas del mundo, sino también la que se considera que fue la casa de la Virgen María, donde pasó sus últimos años de vida con la ayuda de San Juan.

Las ruinas de Éfeso son todo un hito en la historia. Se conservan en perfecto estado, lo que hace que sea un destino turístico de visita obligada en un viaje a Turquía. Tal es la importancia de esta pequeña ciudad, que se menciona incluso en la Biblia. De hecho, este es de los pocos descubrimientos arqueológicos del mundo que se han llevado a cabo a partir de las visiones de una persona, en concreto, de Ana Catalina Emmerich (1774-1824), una monja que fue beatificada por Juan Pablo II en 2004.

El poeta alemán Clemente Brentano se ocupó de transcribir las narraciones de Emmerich sobre la Pasión de Jesús, que las había redactado al final de su vida, tras una década enclaustrada. Así, aseguraba haber visto a Jesucristo “caminar desesperado” por el valle del Hinom en Jerusalén, después de haber sido traicionado por Judas. Todo ello lo describió de una forma tan precisa que asombra, al igual que dio detalles de la casa donde, supuestamente, la Virgen María había pasado sus últimos años en Éfeso, ahora Turquía.

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La gran seña de identidad de Éfeso

Ruinas de la Biblioteca de Celsus, ubicada en Éfeso, Turquía. (Shutterstock)
Ruinas de la Biblioteca de Celsus, ubicada en Éfeso, Turquía. (Shutterstock)

Si hay algo por lo que es muy conocida Éfeso es por sus bien conservadas ruinas que datan de la época grecorromana. Fundada en el siglo X a.C., fue un importante puerto comercial y centro religioso. Entre los principales sitios se encuentran:

  • Templo de Artemisa. Aunque está en gran parte destruido, fue una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
  • Biblioteca de Celso. Su fachada restaurada es emblemática, con columnas y estatuas que representan las virtudes.
  • Gran Teatro. Con capacidad para 25.000 espectadores, se utiliza tanto para eventos culturales como para luchas de gladiadores.
  • Calle de los Curetes. Se trata de una vía adoquinada flanqueada por estatuas, fuentes y templos.
  • Ágora. Es el mercado principal y un centro comercial.
  • Casas en Terraza. Son las residencias de la élite, con mosaicos y frescos bien preservados.
  • Templo de Adriano. Es un ejemplo destacado de la arquitectura romana, con relieves detallados.

Una pequeña casa con vistas al mar Egeo

La Casa de la Virgen María en Éfeso, Turquía. (Shutterstock)
La Casa de la Virgen María en Éfeso, Turquía. (Shutterstock)

En 1891, unos investigadores, guiados por un libro escrito por Ana Catalina Emmerich, encontraron una casa que, según habían deducido, correspondería a la residencia final de la Virgen María. La construcción, descubierta por un sacerdote lazarista y dos laicos bajo la dirección del padre Jung, coincidía con las descripciones proporcionadas en la obra de la monja.

El hallazgo, que se produjo en las proximidades de la ciudad de Éfeso, cobró relevancia en el ámbito arqueológico en 1892, cuando se confirmó que la casa databa de los siglos I y II d.C. Los elementos arquitectónicos y su configuración interna correspondían con los descritos previamente, lo que reforzó la veracidad del descubrimiento. Este sitio, denominado Panaghia Kapulu por los ortodoxos, se había convertido en destino de peregrinación desde tiempos inmemoriales, sin que se conociese el motivo original.

La importancia del lugar se consolidó cuando fue designado oficialmente como el Santuario de Meyem Ana, también conocido como la Casa de María. Esta declaración oficial subrayó la significancia histórica y espiritual del sitio.

Un antecedente de esta búsqueda se remonta a una década antes, cuando el padre Julien Gouyet intentó verificar las visiones de Emmerich. A pesar de descubrir la casa conforme a las descripciones, su hallazgo no fue reconocido. Marie de Mandat-Gracey jugó un rol fundamental al motivar la adquisición y restauración de la casa, obteniendo el respaldo de la Iglesia para este propósito.

En 2006, el santuario estuvo en riesgo debido a un incendio que amenazó con destruirlo, aunque afortunadamente las llamas no llegaron a alcanzarlo, deteniéndose a escasa distancia de la estructura.

El Santuario bajo el que se cobijan tres religiones

Estatua de la Virgen María en el patio de la que fue su casa, en Éfeso, Turquía. (Shutterstock)
Estatua de la Virgen María en el patio de la que fue su casa, en Éfeso, Turquía. (Shutterstock)

El Santuario del Monte, ubicado en un entorno natural privilegiado, se transformó en capilla en 1891 tras el hallazgo de una estatua de la Virgen deformada durante una peregrinación. Este descubrimiento motivó su restauración seis años después y la construcción de un albergue para los visitantes.

Emmerich lo describió como una casa rectangular de piedra, con una chimenea y un ábside, y al lado un manantial. En la actualidad, este sitio es mantenido por los Padres Lazaristas, quienes celebran misa diaria en el lugar.

El santuario, de arquitectura sencilla y austera, preserva una cocina en el lado izquierdo y una habitación a la derecha. Es particularmente famoso por el manantial adyacente, cuyas aguas se dice tienen propiedades curativas. Dentro del santuario hay bastones y muletas dejados por enfermos que aseguran haber sanado gracias al manantial.

Cada 15 de agosto, el santuario acoge un evento singular en el que convergen tres religiones: ortodoxa, musulmana y católica. Durante el Festival de la Asunción de María, clérigos de las tres fes celebran en conjunto, demostrando un notable acto de devoción hacia la Madre de Dios.

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