España es tierra de castillos. Los ocho siglos que los reinos cristianos tardaron en recuperar las tierras bajo dominio musulmán y los numerosos enfrentamientos entre la nobleza y monarquía durante la Baja Edad Media y el Renacimiento, mantuvieron la Península Ibérica en permanente estado de guerra. Unos y otros protagonistas erigieron sus propias defensas, contribuyendo a la vasta y variada colección de fortificaciones que perduran en el país. En total, según la Asociación Española de Amigos de los Castillos, hay unos 10.200, aunque se cree que puede haber más.
Muchas de estas construcciones fueron elevadas para controlar el territorio y custodiar las fronteras. Por ello, no sólo encontramos castillos en el interior, también los hallamos cerca de las orillas. Su función principal era la de defender las costas y las bahías de posibles ataques de piratas o de tropas enemigas. Hacemos un repaso por los diez más increíbles que custodian los litorales españoles.
Castillo de San Antón, A Coruña
Es uno de los fortines más singulares de la provincia, situado en una pequeña península que se adentra en la ría de la localidad. Jugó un papel crucial en la defensa de la ciudad, aunque más tarde se llegó a utilizar como prisión y como lazareto para poner en cuarentena a los marineros que llegaban a villa afectados de alguna enfermedad infecciosa. En la actualidad, es un Museo Arqueológico e Histórico.
Castillo de Santa Cruz, Oleiros
En el municipio gallego de Oleiros hallamos esta fortaleza cuya construcción fue motivada por el ataque de la Armada Inglesa en 1589 al puerto de A Coruña. La propia web de la localidad define este castillo como “uno de los símbolos del ayuntamiento, tanto por su gran belleza natural y paisajística como por su alto interés histórico”. Se llega a él a través de una pasarela de madera. La isla en la que se encuentra dispone de un paseo alrededor de la atalaya desde donde disfrutar de una vistas sin igual de A Coruña y del Puerto de Santa Cruz.
Castillo de Peníscola
Ubicado sobre un peñón que se adentra en el mar Mediterráneo, el castillo de Peñíscola se erige como un destacado ejemplo de arquitectura histórica. Esta fortaleza, conocida por su imponente estructura de origen templario, atrae a numerosos visitantes interesados en su patrimonio cultural. Construido entre los siglos XIII y XIV, el castillo ha servido diversas funciones a lo largo de la historia, desde sede militar hasta residencia papal. Su ubicación estratégica y su complejo arquitectónico permiten apreciar una variedad de estructuras defensivas, como murallas y torres.
Castillo de San Felipe, Almería
En el corazón de Cabo de Gata, en la provincia andaluza de Almería, está la Playa del Arco, considerada como una de las mejores de la zona, alberga el Castillo de San Felipe. Al borde del mar, alejada unos diez metros de la costa, se alza esta impresionante fortaleza. Alberga un balcón redondo que ofrece una de las mejores panorámicas del litoral del parque.
Castillo de Sancti Petri, Cádiz
Se erige como un testimonio de gran importancia estratégica y militar de su época. Desempeñó un papel crucial en la defensa de la zona costera y la entrada del caño de Sancti Petri. Destacó como un excelente baluarte defensivo ante los ataques de piratas ingleses y sufrió el impacto de las bombas francesas durante la Guerra de la Independencia.
Castillo de Santa Bárbara, Alicante
Una espectacular fortificación medieval incrustada en lo alto de un monte a casi 170 metros de altura que actualmente es un centro cultural. Durante cuatro siglos estuvo bajo dominio musulmán y tras la caída de Alicante cayó en manos de Alfonso de Castilla. Ha sido objeto de numerosos conflictos bélicos y durante la Guerra Civil sirvió como prisión: primero de nacionales y después de republicanos.
Castillo de Bellver, Mallorca
A sólo tres kilómetros del centro de la ciudad de Palma de Mallorca y con una altura de 112,6 metros sobre el nivel del mar, se alza uno de los monumentos más interesantes para visitar en la isla: el castillo de Bellver. Desde lo alto de sus torres se aprecia una bonita panorámica de postal con la ciudad, el puerto y el mar de fondo.
Castillo de Gibralfaro, Málaga
Situado a 130 metros sobre la ciudad de Málaga, el castillo de Gibralfaro es testigo de los cambios que la Península Ibérica fue sufriendo durante siglos. Desde lo alto de sus murallas se ofrece una vista increíble de la ciudad, el puerto y la costa. En días despejados, se pueden divisar las majestuosas montañas del continente africano.
Castillo de Tossa de Mar, Girona
La villa marinera de Tossa de Mar mantiene aún esa esencial medieval. Su imponente muralla conserva hoy en día casi todo su perímetro original y tres torres cilíndricas de gran tamaño. La fortaleza fue construida en el siglo XII para proteger a la población de los ataques que provenían del mar, muy frecuentes en aquellos tiempos.
Castillo de Tamarit, Tarragona
Esta fortaleza, que fue construida en el siglo XI, se encuentra en una ubicación estratégica en la cima de una colina con vistas al Mediterráneo. El castillo contiene elementos defensivos y de residencia, con prisión, torres de mira y una iglesia románica.