A lo largo de nuestro país se pueden encontrar infinidad de pueblos que dejan con la boca abierta gracias a su bonito conjunto patrimonial. A esto hay que sumar el entorno natural, el cual, por lo general, brinda una experiencia rural ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza. Sin embargo, algunos van más allá y cuentan con encantos únicos que sorprenden al viajero. En este sentido, Asturias se alza como uno de los mejores destinos donde poder vivir experiencias únicas en mitad de un paraje de ensueño.
De hecho, entre montañas y en el corazón del Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, se incrusta uno de los tesoros de esta región. Se trata de Bermiego, una pequeña villa que pertenece al término municipal de Quirós y que ofrece un vistazo al pasado y una conexión íntima con la naturaleza. Con una población que apenas supera los 50 habitantes, es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, preservando su autenticidad y encanto rural.
Una región histórica
El pueblo de Bermiego tiene una rica historia que se remonta a tiempos ancestrales. De hecho, la de Quirós está ligada al Camín Real de la Mesa, “que da nombre a la comarca y recuerda el objetivo romano de conquistar las tierras cantábricas y completar el dominio sobre la Península”, explica Francesc Ribes en el libro Los pueblos más bonitos de la España vacía (Anaya Touring). En este sentido, estos enfrentamientos fueron bastante sangrientos, y a pesar de que el control romano no duró mucho, el tiempo que estuvieron fue suficiente para dejar infraestructuras como estas.
El camino “comunicaba Asturias con León y fue en la Edad Media el Camín Real de la Mesa, la principal vía de comunicación con la meseta, que entroncaría con otra vía fundamental: el Camino de Santiago”, detalla. Por su parte, la pequeña localidad de Bermiego atesora un patrimonio cultural que es palpable en cada rincón, desde sus antiguas casonas de piedra hasta sus caminos empedrados. Así, sus hórreos son uno de los elementos más destacados, pues alberga hasta 32 diferentes que datan de entre los siglos XV y XVI.
El símbolo de vida y muerte en Asturias
Sin embargo, si por algo destaca esta pequeña villa es por su centenario tejo, conocido como “El Teixu de Bermiego”, que se estima que tiene más de 1.000 años de antigüedad. Junto a él se localiza una antigua iglesia, y solo acercarse muestra la majestuosidad del mismo, no solo por sus ocho metros de perímetro o los 15 metros de altura de la copa, de forma casi perfecta, sino también por su vinculación a la mitología celta y la multitud de leyendas que lo envuelven.
El tejo, un árbol venerado por su longevidad y su capacidad de regenerarse a partir de sus propias ramas, ha sido un símbolo de resurrección y vida eterna desde tiempos ancestrales. Este árbol sagrado, que puede echar raíces y formar nuevos troncos, fue un emblema de inmortalidad tanto en la era precristiana como en la cristiana. Muchas iglesias se erigieron en antiguos lugares de culto pagano donde ya existían tejos, como es el caso del templo que acompaña al tejo de Bermiego.
A pesar de ser un símbolo de vida, el tejo también representa la muerte debido a la toxicidad de todas sus partes, excepto el fruto. Contiene un alcaloide llamado taxina, que posee propiedades alucinógenas y puede ser letal si se consume en grandes dosis. De este modo, la leyenda cuenta que los guerreros astures se envenenaban con tejo para evitar ser capturados por los romanos y utilizaban su madera para fabricar flechas más letales.
Una riqueza natural incalculable
Bermiego se encuentra en una ubicación privilegiada, rodeado por las montañas del Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa. Este entorno natural ofrece una diversidad de paisajes, desde frondosos bosques hasta abruptas montañas, lo que lo convierte en un destino ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza.
Uno de los senderos más populares es la Ruta de las Reliquias, que lleva a los visitantes a través de antiguos caminos rurales y les permite descubrir la belleza escénica de la zona, así como su rico patrimonio histórico. A lo largo del recorrido, los excursionistas pueden disfrutar de impresionantes vistas panorámicas del valle de Quirós y del Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa.
Cómo llegar
Desde Oviedo, el viaje es de alrededor de 50 minutos por la carretera AS-228. Por su parte, desde León el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 45 minutos por las vías CL-623 y AP-66.