El monasterio abandonado de 1.100 años que está considerado como la “cuna de Castilla”

Fue uno de los centros monásticos más importantes del reino de Catilla

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El monasterio abandonado de 1.100 años que está considerado como la “cuna de Castilla”.

En el corazón de la provincia de Burgos se encuentra Covarrubias, un municipio que destaca por ser uno de los más pintorescos de España. Sus calles empedradas y sus construcciones transportan al visitante en el tiempo. Las vías por las que asoman los torreones, los restos de murallas antiguas y las casas señoriales muestran los inequívocos signos de la arquitectura tradicional castellana.

Declarado Conjunto Histórico-Artístico Nacional en 1965 y Conjunto Histórico en 2001, aún mantiene en su esencia restos celtíberos, romanos, visigodos, medievales y barrocos, que lo convierten en uno de los lugares más interesantes y emblemáticos de la provincia burgalesa. Fue en Covarrubias donde el conde Fernán González, destacado guerrero castellano, estableció una plaza fortificada.

Sin embargo, Covarrubias no sería nada sin su vecina Hortigüela. Este hermoso paraje se enclava la Sierra de la Demanda, la altitud en la que se encuentra supera los 940 metros sobre el nivel del mar. Está rodeado de espléndidas sabinas, protegido por la Sierra de las Mamblas y el monte Gayubar. No obstante, se hace difícil hablar de esta villa sin mencionar el monasterio de San Pedro de Arlanza. Hortigüela fue además escenario de la famosa película El bueno, el Feo y el Malo, dirigida por Sergio Leones y protagonizada por Clint Eastwood.

Uno de los centros monásticos más importantes del reino de Castilla

El monasterio de San Pedro de Arlanza, que se alza entre Hortigüela y Covarrubias, fue fundado en el año 912 por Gonzalo Fernández (padre de Fernan González) convirtiéndose en uno de los centros monásticos más importantes del reino de Castilla. Este complejo vivió varios siglos de esplendor y, con ellos, numerosas ampliaciones y transformaciones arquitectónicas. Los restos más antiguos conservados corresponden a su iglesia, construida en el año 1080.

Según cuenta la leyenda, su origen se remonta a un modesto santuario que surgió aprovechando unas antiguas construcciones romanas y visigodas, para permitir el culto de los anacoretas. Gracias al apoyo de Fernan González, se convirtió en el monasterio más influyente de la castilla condal. Siguiendo sus deseos, el conde y su mujer, doña Sancha, estuvieron enterrados aquí hasta su traslado a la Colegiata de Covarrubias en 1841.

La labor de González y de sus descendientes marcó un antes y un después en el monasterio de San Pedro de Arlanza. Gracias a su implicación, se construyó una espectacular iglesia románica (de la que aún hoy se conservan sus restos). Sus obras comenzaron en 1080 y constaba de una planta basilical con tres naves de cuatro cuerpos y una cabecera triabsidal.

Las modificaciones estructurales del recinto medieval continuaron a lo largo del siglo XVI, entre ellas la introducción de nuevas dependencias claustrales y un nuevo refectorio. Además, se llevaron a cabo alteraciones en el pórtico occidental y se elevó la torre con un cuerpo de campanas. Durante el siglo XVII, continuó la evolución con la construcción de un nuevo claustro con características herrerianas.

El monasterio de San Pedro
El monasterio de San Pedro de Arlanza (Shutterstock)

La desamortización de Mendizábal: el inicio del final

En 1835, a consecuencia de la desamortización de Mendizábal, el conjunto fue súbitamente abandonado, iniciándose entonces un proceso de deterioro y saqueo, favorecido por el aislamiento del edificio. En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico. Actualmente, el monasterio consta de tres zonas principales: la iglesia, el claustro procesional y el claustro menor o de monjes. En el interior de ese claustro comenzó a crecer un árbol de 16 metros de altura y 100 años de edad.

Cómo llegar

Desde Burgos habrá que circular por la A-1 en dirección Sur hasta el desvío de la carretera N-234 en dirección Salas de los Infantes. Esta vía nos llevará hasta Hortigüela tras recorrer 41 kilómetros.

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