Puede esconder pasadizos o incluso cavernas, y están sumergidas en una profunda oscuridad. Quizá sea esto lo que le dé a las cuevas un toque mágico, como ocurre con la de Saint-Marcel. Es uno de estos espacios huecos subterráneos naturales que es realmente impresionante. Se encuentra en el sur de Francia, a tan solo tres horas de distancia de la frontera con España. Como es habitual con este tipo de formaciones, estuvo habitada hace miles de años y aún hoy está rodeada de misterio.
La magnificencia de esta cueva la ha convertido en uno de los principales atractivos del país. De hecho, está declarada Patrimonio Nacional por su riqueza geológica y arqueológica. Con sus más de 64 kilómetros de longitud, es una de las más grandes de Francia. A ello se une un hecho distintivo: estuvo ocupada por humanos hace más de 8.000 años. En la actualidad, es todavía un misterio cómo lograron vivir en este espacio natural, sin iluminación y con los peligros propios del lugar, como los pozos profundos que hay en ella.
Te puede interesar: La piscina natural más grande de España está en Madrid: una capacidad para más de 2.000 personas a los pies de la sierra de Guadarrama
Situada en el territorio de Bidon, aunque pertenece al municipio de Saint-Marcel-d’Ardèche, la cueva de Saint-Marcel está en un sitio excepcional: en la entrada de las gargantas del Ardèche. Por ello, no es de extrañar que teletransporte a un mundo mágico a todo el que la visita. Además, en ella es posible realizar un recorrido de 400 metros por las espectaculares cámaras y galerías con las que cuenta.
La cueva de Saint-Marcel, una increíble experiencia entre piscinas naturales y estalactitas
La cueva de Saint-Marcel, una de las formaciones geológicas subterráneas más destacadas de Francia, es conocida por sus impresionantes galerías y formaciones calcáreas, que incluyen estalactitas y estalagmitas de diversas formas y tamaños. Descubierta en 1838, se extiende por más de 60 kilómetros, aunque solo una parte está abierta al público para visitas guiadas.
Una característica notable de la gruta son las piscinas naturales conocidas como gours, que son formaciones de barreras de calcita que retienen agua cristalina. La visita a la cueva ofrece una fascinante experiencia para los amantes de la espeleología y la geología, permitiendo explorar un mundo subterráneo de gran belleza y complejidad.
Un lugar que aún hoy está repleto de misterio
La revista Journal of Archaeological Method and Theory ha publicado un reciente estudio que revela una significativa actividad humana en la cueva de Saint-Marcel hace aproximadamente 8.000 años. Esta investigación plantea interrogantes sobre su conocimiento en ese período prehistórico, la capacidad de los humanos para explorar y cruzar pozos y su dominio de la iluminación.
Te puede interesar: La histórica ciudad conocida como la ‘Atlántida romana’: fue engullida por el mar hace 2.000 años y ahora es un parque submarino
El estudio señala que las comunidades humanas de esa época se comprometieron profundamente con el entorno subterráneo, al que solo se podía acceder tras superar obstáculos considerados difíciles incluso hoy en día. Este hallazgo proporciona nuevas perspectivas sobre las habilidades y conocimientos de estos antiguos grupos humanos.
En octubre de 1836, un cazador llamado Aiguèze descubrió una cueva mientras seguía las huellas de un conejo herido. Dos años después, en julio de 1838, regresó al lugar acompañado de amigos y equipado con antorchas para explorarla nuevamente. Tras su expedición, describieron el tamaño de la cueva y la variedad de concreciones encontradas en su interior.
Años después, Édouard-Alfred Martel, reconocido como el padre de la espeleología moderna, dedicó un capítulo entero a esta cueva en su libro Les Abîmes, publicado en 1894. En él, ofrece una descripción completa y detallada de las partes conocidas de la cueva hasta ese momento, contribuyendo significativamente al conocimiento y estudio de estos entornos subterráneos.
Cómo llegar desde España hasta la cueva de Saint-Marcel
Para llegar desde España hasta la cueva de Saint-Marcel en Ardèche, Francia, se puede volar desde una ciudad española, como Madrid o Barcelona, al aeropuerto de Lyon-Saint Exupéry (el más cercano a Ardèche).
Una vez allí, existe la opción de alquilar un coche o coger un tren hasta la ciudad de Valence, desde donde hay que continuar en coche: por la autopista A7 dirección sur hasta la salida 18 (Montélimar Sud), luego se ha de seguir la D4 y D114 hasta Saint-Marcel-d’Ardèche.
Desde Valence, es posible tomar un autobús regional o un tren hasta la ciudad de Pierrelatte. Allí, hay que optar por un taxi o un autobús local hasta la cueva de Saint-Marcel.