El bonito pueblo de Ávila atravesado por un río que tiene impresionantes piscinas naturales

La villa cuenta también con un rico patrimonio histórico y monumental que enamora al viajero

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La villa cuenta también con un rico patrimonio histórico y monumental que enamora al viajero

A la falda de la sierra de Gredos, en el corazón de la Ribera del Tiétar, Candeleda emerge como uno de los pueblos más bonitos de Ávila. Esta villa destaca por su riqueza natural, histórica y cultural, pero también por su bello entorno, lo que la convierte en un destino rural imprescindible que atrae a infinidad de viajeros. Ríos, gargantas y cascadas inundan los parajes de la localidad, de hecho, cuenta con una de las piscinas naturales más especiales de toda la región.

Así, este enclave privilegiado combina a la perfección con su impresionante casco histórico, el cual conserva el encanto de los pueblos tradicionales castellanos, con callejuelas empedradas y edificaciones de arquitectura popular. Esto da lugar a un conjunto monumental impresionante que cautiva a cualquiera que lo visite.

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La historia de Candeleda tiene su origen hace 3.000 años, como así lo demuestran las pinturas rupestres encontradas en Peña Escrita, un enclave que siglos más tarde se convirtió en lo que se conoce como el Castro Vettón de El Raso. No obstante, la primera referencia que se tiene de Candeleda como villa se sitúa en la donación por Alfonso X El Sabio de los «Carriles de Candeleda» a Velasco Gómez de Ávila. “Estos carriles eran los derechos de paso por el Puerto de Candeleda utilizados por los rebaños trashumantes de la recién creada Mesta”, explican desde la web del Ayuntamiento.

Un rico conjunto patrimonial

Candeleda, en Ávila (Shutterstock).
Candeleda, en Ávila (Shutterstock).

A día de hoy, la villa ha heredado ese carácter rural que la ha caracterizado durante toda su historia, permitiendo disfrutar de unos encantos únicos. Así, se puede disfrutar de un patrimonio histórico y monumental único que se traduce en construcciones como la Plaza Mayor, la cual está presidida por el edificio del Ayuntamiento. A su vez, en este espacio también se sitúa la Casa de las Flores, una de las construcciones tradicionales más bonitas de todo el pueblo.

En su interior alberga el Museo del Juguete de Hojalata, un espacio cultural en el que se puede contemplar una tienda de juguetes de hojalata de todo el mundo. A su vez, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida a finales del siglo XV, destaca por su imponente campanario y su interior gótico-mudéjar. Por su parte, el santuario de Nuestra Señora de Chilla, situado a pocos kilómetros del casco urbano, es un importante centro de peregrinación mariana, donde cada año se celebran romerías y fiestas en honor a la Virgen de Chilla.

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La leyenda cuenta que la Virgen se apareció a un pastor llamado Finardo en el siglo XV, suceso que dio origen a la devoción popular que continúa hasta la actualidad. Pero esto no es todo, pues la localidad cuenta con otros monumentos eclesiásticos como son el santuario de Postoloboso o la ermita de San Blas. Por otro lado, uno de los monumentos más icónicos de Candeleda es el Castro celta de El Raso. “Se trata de uno de los yacimientos célticos más importantes de toda la Península Ibérica, data de la II Edad de Hierro de la Meseta de Castilla, entre los siglos II - III a C y está calificado como Bien de Interés Cultural”, explican desde la web.

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El viajero tampoco se puede marchar sin disfrutar de otros atractivos como es el museo etnográfico, la zona de sequeros, la casa de La Judería, el rollo y parque de la Cañá, el antiguo hospital, el puente viejo o la calle del Moral.

Piscinas naturales y un entorno maravilloso

Garganta de Santa María, en Candeleda (Shutterstock).
Garganta de Santa María, en Candeleda (Shutterstock).

La ubicación de Candeleda en el Valle del Tiétar y la proximidad a la Sierra de Gredos la convierten en un paraíso para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Existen numerosas rutas de senderismo que recorren paisajes variados, desde frondosos bosques y extensos campos de cultivo hasta picos montañosos y riberas de ríos. La ruta más conocida es la que lleva a la Garganta de Santa María, un espectacular desfiladero con pozas de agua cristalina, ideal para darse un baño en verano.

Este espacio natural, cuenta con dos impresionantes piscinas naturales situadas en el casco urbano: El Charco Carreras y El Charlo Palomas. Ambas son ideales para un refrescante baño en los meses de verano y, además, cuentan con servicios de kiosco. Todo ello forma parte del Parque Regional de la Sierra de Gredos, una zona protegida que alberga una rica biodiversidad, incluyendo especies endémicas como la cabra montés.

Cómo llegar

Desde Madrid, el viaje es de alrededor de 2 horas por la carretera A-5. Por su parte, desde Ávila el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 30 minutos por la vía N-502.

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