Los Pirineos, conocidos por sus imponentes montañas y extensos valles, se alzan como uno de los parajes naturales más impresionantes de España. De la mano de sus impresionantes paisajes, este enclave se ha convertido en un destino rural que atrae cada año a infinidad de viajeros. Además, gracias a su extensa red de senderos, los más aventureros pueden disfrutar de rincones y parajes que son una maravilla. De este modo, el Valle de Tena es uno de los enclaves ideales para disfrutar de todos los encantos del Pirineo, pues cuenta con un conjunto natural que invita al explorador a perderse por todos sus paisajes.
De todos sus atractivos, destaca uno en especial gracias a su singularidad y vistas que ofrece. Estamos hablando del ibón (lagos de alta montaña en el Pirineo Aragonés) de Piedrafita, una joya natural incrustada bajo el imponente pico de Peña Telara, en la sierra de Partacúa. Pero esto no se queda aquí, pues muy cerca de este lugar, se localiza el conocido como Arco de Piedrafita, un espectacular puente de piedra que permite disfrutar de unas impresionantes vistas.
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Unas vistas maravillosas
Para llegar al ibón de Piedrafita, tan solo hay que realizar una sencilla ruta circular, que se complica si se alarga hasta el mencionado mirador. Este sendero tiene una longitud de poco más de 12 kilómetros y permite disfrutar de un paisaje maravilloso. Tiene su punto de partida en el aparcamiento del Parque Faunístico de Lacuniacha, punto perfecto donde poder estacionar el vehículo, y a lo largo de cuatro o cinco horas que dura el recorrido, el viajero puede disfrutar de un paisaje de ensueño.
La senda se inicia tomando la pista que se adentra en el Barranco del Boj, donde seguimos un sendero estrecho que asciende junto a un pequeño torrente, conduciéndonos finalmente al ibón, ubicado bajo las imponentes paredes de Peña Telera. Para los excursionistas que buscan mayores desafíos, es posible extender la ruta hasta el Arco de Piedrafita. Este tramo adicional, de aproximadamente 2,6 kilómetros de ida, requiere más esfuerzo y se estima un tiempo de una hora y diez minutos para completarlo.
Al alcanzar el cruce bajo el gran arco, es posible acercarse hasta su base por un sendero empinado, un destino final que impresiona a todos los visitantes. Igualmente, desde su punto más alto permite disfruta de unas vistas impresionantes de todo el valle. Cabe destacar, que la mejor época para disfrutar de este recorrido es durante la primavera o el otoño, aunque es posible realizar durante prácticamente todo el año. Sin embargo, es necesario tener especial cuidado durante los meses de invierno, ya que se pueden encontrar partes que están heladas.
Cómo llegar
Desde Jaca, el viaje tiene una duración estimada de 40 minutos por la carretera N-260a. Por su parte, desde la ciudad de Huesca, el trayecto es de alrededor de 1 hora y 10 minutos por la vía A-23.