Enclavado en las laderas de la costa malagueña, a pocos kilómetros del mar, nace Ojén. El blanco de la cal, que invade las paredes de sus casas, lo convierte en uno de los innumerables pueblos blancos de Andalucía. El color de estos hogares contrasta con el escarpado y el verde de la montaña que les rodea.
Su posición privilegiada, en la entrada de la Sierra de las Nieves, hace de Ojén una parada obligatoria en cualquier viaje por la Costa del Sol. Además, esta aldea cuenta con uno de los paisajes más bellos de toda la provincia malagueña, rodeado de huertas abancaladas que descienden hasta el valle en escalones de cuevas y cavernas.
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Las cuevas de Ojén, antiguo refugio de animales
Las cuevas de Ojén constituyen uno de los atractivos más singulares de esta villa. De origen cárstico, en la antigüedad se utilizaron como refugio para animales y almacenaje de forrajes y alimentos. Las cuevas a visitar son dos: las Bajas y las Altas. Hoy en día, tras una profunda restauración, las Bajas se han convertido en un lugar donde se celebran acontecimientos culturales y sociales. En las Altas encontramos un mirador, un lugar idóneo para admirar la panorámica que se atisba desde este punto, donde se combinan el azur del mar con el verde de la sierra.
El aguardiente de Ojén
Desde 1830, un aguardiente anisado ha dado fama a este municipio, gracias al empresario Pedro Morales, quien comenzó a destilar y comercializar el singular brebaje desde esa fecha. En poco tiempo, esta bebida espirituosa consiguió ganarse el reconocimiento del público, llegando obtener premios internacionales y logrando incluso el prestigioso título de proveedor de la Casa Real española, como apunta el portal de turismo de Andalucía.
Según cuenta la leyenda, Morales elaboraba el ojén siguiendo una fórmula que mantenía en secreto, tanto que se lo llevó a la tumba. Murió sin revelar la receta. A mediados de los años 60, un vecino del mismo pueblo, Juan Espadas, intentó replicar el famoso licor lanzando al mercado un producto muy similar al original. A pesar de sus esfuerzos, Espadas no logró alcanzar el éxito que había tenido la versión genuina de Morales.
Una piscina natural cerca de su núcleo urbano
Muy cerca del núcleo urbano de Ojén encontramos un refrescante manantial natural: el Charco de las Viñas. Esta poza de agua está junto al cementerio del pueblo y ofrece baños refrescantes en cualquier época del año. Suele estar bastante concurrido, por lo que se recomienda acudir temprano.
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Cómo llegar
Ojén se sitúa a 10 kilómetros al nordeste de Marbella, sobre el camino del interior que enlazaba con Málaga. Para llegar a él desde la capital de la provincia, deberemos conducir durante unos 18 minutos por la A-355 y después desviarnos a la A-7103.